1. La unión de las palomas


    Fecha: 14/09/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: orestes santoyo, Fuente: CuentoRelatos

    ... Julieta.
    
    Julieta sentía que la aplicación de jabón y lavado de sus partes íntimas era demasiado lenta, sintió como las manos de la monja acariciaban con suavidad ambos lados de sus labios vaginales, sintió como lentamente un par de dedos, abrían su vulva exponiendo a la vista de la monja toda ella en plenitud, sintió casi ternura en el recortado de los pelillos más largos, la fricción constante de toda la zona por las manos jabonosas, el suave deslizar de la maquinilla por sobre sus labios, los dedos que penetraban lentamente para apoyar por dentro el rasurado, la fricción constante a la que era sometida, provocaban que del interior de Julieta corriera más humedad, la ternura en la aplicación de las toallas humedecidas, la penetración de los dedos, un dedo penetrándola por su culo, el rasurado de esa zona, la nueva sensación era placentera en extremo, cerró los ojos, empezó a disfrutar el ser tocada, se dio cuenta como sus piernas y muslos temblaban, se dio cuenta que la monja ya había terminado pero la seguía tocando ahora con una loción anti gérmenes, sintió como aquellos dedos le acariciaban su clítoris le tallaban con una enloquecedora frecuencia, sintió como esa sensación llegaba a sus senos que se endurecieron más de lo que ya estaban por la cantidad de leche que albergaban, subió sus manos y presiono sus pezones que habían crecido marcando notablemente bajo la tela azul de la bata, y llego por primera vez la maravillosa y apabullante suma de sensaciones de su primer ...
    ... orgasmo, ahora se sacudía entera, hasta la camilla de exploración se sacudía, entre los calmantes que le habían aplicado y el goce producido por la experiencia Julieta se durmió.
    
    Despertó después de muchas horas, le informaron que había tenido un hermoso niño y que su padre ya le había visitado, conoció al niño y le dio el pecho, le sorprendió que la sensación de la criatura chupando fuera muy pero muy placentera.
    
    Volvió a experimentar otro orgasmo el día previo a su salida cuando la misma monja le aseaba y que esta vez a pesar del sangrado con suaves caricias la llevo al paraíso del placer, placer nunca antes vivido, ahora no había sedantes.
    
    Después de esta experiencia Julieta empezó a rasurarse sola, le encantaba con sus propias manos replicar los placeres que las hábiles manos le habían proporcionado, al principio los orgasmos eran breves, solo un reflejo de lo que aquellas manos le habían dado, con el paso del tiempo sus manos se convirtieron en expertas y le llevaban al placer casi en unos minutos, a pesar de ello se acostumbró a acariciarse por horas.
    
    Cuando Federico su marido se percató que estaba rasurada, el único comentario que dijo fue: -¡Qué bueno! ¡Así te vez más puta!
    
    Los meses se fueron pasando y aparte de las satisfacciones que le daban sus hijos, a Julieta le quedaban los ratos de placer donde se acariciaba, ya se había acostumbrado a los frecuentes abandonos de parte de Federico, muchos meses no tenía contacto con el solo por teléfono, una de ...
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