-
El diario de Claudia: terminé mamándosela a mi nuevo jefe
Fecha: 14/09/2019, Categorías: Gays Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos
... reaccionar; mi cabello, largo y ondulado casi le rozaba la nariz. Sin que se diera cuenta, suavemente abrí mis piernas de modo que ahora mi pierna derecha rozaba su bragueta; el pobre tipo quedó paralizado - literalmente, no se movió (“normalmente” uno reaccionaría retrocediendo para evitar cualquier “malentendido”); tomé eso como un “sigue adelante” de su parte, así que abrí más las piernas...ahora ya no rozaba su pantalón, ahora apretaba contra su pene. Yo seguía hablando como si nada pero de inmediato sentí como su verga empezaba a crecer y endurecerse. “Nadie puede resistirse a mis encantos.” Ahora ya se notaba un buen bulto en su pantalón; lo tenía en mis redes. No quise alargar más el momento, así que dejé el papel a un lado y con mi mano derecha apreté más y más su pieza. “Algo me dice que quieres jugar un poquito, o no?” “Eh, no lo sé, ¿qué quieres decir, qué quieres hacer?” Entonces me di cuenta que Christian nunca había estado con una trans. Esos son los que me encantan ya que me dejan todo el poder. Me le acerqué más aún y le dije susurrando al oído: “amor, aparte de ser una buena secretaria puedo ser también una buena puta. Tu puta. ¿Quieres probar?” “Claro, muéstrame” contestó algo inseguro. De inmediato giré por completo su silla, me puse de rodillas frente a él, solté su cinturón, luego el cierre del pantalón y metí la mano bajo su calzoncillo para buscar el pedazo de carne que escondía ahí dentro. Las venas recién empezaban a llenarse así ...
... que antes que crezca por completo me la metí, de un solo bocado, hasta el fondo de mi boca. “¡Wow!” gritó el pobre…”¡qué salvaje!” Una vez entre mis labios, empecé a masajear su pene con mi lengua...podía sentir cómo, poco a poco, empezaba a crecer y endurecerse dentro de mí boca...era como una planta creciendo en cámara rápida. Aguanté la respiración para mantenerlo completamente dentro, como protegiéndolo...seguía creciendo más y más; cuando terminó me estaba tragando unos 25 centímetros de carne blanca, incluso la punta raspaba las paredes de mi garganta. Christian estaba en completo éxtasis. Algo me dice que no había tenido mucho sexo desde que se divorció; se le veía aguantado; se bajó por completo el pantalón, se recostó en el espaldar del sillón y cerró los ojos. “Haz tu trabajo”, me dijo. De inmediato dejé de ser Claudia la secretaria y me transformé en Claudia la puta, y como tal, empecé a mamársela; como me he vuelto una experta garganta profunda me dediqué por completo a chupársela en toda su longitud; su verga entraba y salía sin parar de mi boca, cada vez más cubierto de saliva espesa, cada vez más resbaloso. Acomodé mi cuello para asegurarme que entre todito (chicas, ya saben, el truco está en el cuello): con cada metida sus bolas golpeaban mi mentón; de vez en cuando me detenía por unos segundos con su verga completamente en mi esófago, para tenerlo dentro mío; como siempre pasa, mi boca se había transformado en una vagina hambrienta. El tipo se ...