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El Seminarista caliente IV: el vergón desconocido de Oaxaca
Fecha: 23/09/2019, Categorías: Gays Autor: Borgia85, Fuente: SexoSinTabues
... todo en mi boca , era larga y no sabría decir cuánto media, pero como se dice en México, si eran dos puños libres de cabeza, de un grosor un poco más de lo normal (tampoco se decir cuántos cm), además de estar circuncidada (me encantan así, sobre todo por la cuestión de la limpieza) estaba durísima, como brazo de santo y sin mucho bello, (como han leído en otros de relatos de mi autoría, disfruto del sabor, el olor y la textura de una rica verga) en algunos momentos el quitaba mi mano de la base de su verga para poder empujarla hasta el fondo de mi garganta y yo gustoso la metía hasta el fondo, hasta que sus webos chocarán en mi barbilla. Mi lengua recorría cada milímetro de su glande y de aquel delicioso caramelo, chupe sus pelotas y lamí esa verga como si fuera un helado, estaba en la gloria, pero lo mejor estaba por venir Después de varios minutos de mamarle la verga, me levantó y me volvió a besar, parece que el sabor de su verga en su boca lo enloqueció, me beso con mayor pasión y me sujetaba fuerte, debo confesar también que mientras mamé su verga aproveché para abrir mi pantalón y preparar el lubricante (siempre traigo en la bolsa una pequeña botella muy discreta para cualquier ocasión). Bajó sus manos a mis nalgas y al sentirlas las apretó y dijo en mi oído: -tienes un culo bien rico, estás listo porque te voy a dar hasta para llevar. Lo volví a besar y acerque mi boca a su oído para murmurar… -sí, ya quiero sentirte dentro… -mientras le ponía el condón. Estaba algo ...
... nervioso porque la verdad era una verga un poco más grande de lo común, pero como dice el refrán: a rajarse a su tierra; y la verdad no lo dejaría ir vivo. Eché lubricante en mi culo y también en su verga, me di vuelta y con mi mano tome aquel animal caliente y lo dirigí hacia mi orificio, lentamente su glande comenzó a abrirse paso en mi esfínter, el lubricante ayudaba a que no hubiese resistencia de parte de mi culo y su verga durísima como fierro candente no se detenía. Sentí algo de incomodidad, y trate de zafarme pero su verga seguía avanzando y en un movimiento bastante ágil pasó sus brazos por mis costados y sus manos tomaron mis hombros por el frente, sabía lo que venía así que respire y me relaje lo más que pude y en unos breves segundos mi culo terminaría por aceptar aquel invasor y en una estocada empujando su cadera y jalando con sus manos mi cuerpo hacia él, metió toda su verga de un solo golpe. Me sentí lleno, su verga entró hasta el fondo sin dificultad y no pude evitar que de mi boca saliera un gemido bastante fuerte, esperó unos segundos y comenzó a bombear, y como si bailásemos tomamos un ritmo, yo movía mis nalgas al compás de sus embestidas y en cada estocada apretaba mi esfínter, -que rico te mueves…-logré escuchar entre sus gemidos, Él jadeaba como un toro y yo gemía como una perra, mientras su verga me hacía disfrutar al máximo. Giramos y yo quede frente a una de las paredes del closet, me empiné un poco y el siguió partiéndome el culo. No quería que ...