1. La Excusa Perfecta


    Fecha: 30/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: ominferno777, Fuente: RelatosEróticos

    ... penetración, de la presión que su pene debe haber sentido durante mi orgasmo y todo nuestro juego previo, Juan Cruz no había acabado aún y aunque con más lentitud aún seguía bombeando. Nos separamos, me di la vuelta y lo besé con pasión por unos minutos, tomándome de su pene húmedo y acariciándolo agradecida.
    
    -Andá para mi pieza, que ahora voy -me dijo antes de retirarse, y perderse en la cocina de su pequeño hogar-.
    
    Me dirigí a la habitación completamente desnuda y encendí la luz. Observé desde la puerta con admiración el orden en que se encontraba todo, desde la prolijidad con que estaba hecha la cama hasta la ubicación casi milimétrica del control remoto del televisor. Entré sin dejar de observar, y me coloqué frente a un espejo junto a la puerta para admirar mi cuerpo. El sudor de unos minutos de buen sexo hacían brillar mi piel y dibujaban en cada curva un hilo de luz que salía en todas direcciones, mis pelos revueltos me daban aires de atorranta y la expresión de mi rostro daban indicios de que hacía un ratito había disfrutado de una buena pija, algo que debía agradecer, o mejor dicho que quería agradecer. Me senté sobre el acolchado, un hermoso acolchado gris con detalles en blanco y unas letras chinas grandes en negro, algo que seguramente amaba y cuidaba mucho, pues estaba tan impecable como cada cosa dentro de esa habitación.
    
    Después de unos minutos apareció por la puerta con una botella de champagne apoyada entre hielos en un baldecito de aluminio y una ...
    ... copa en la mano. Apoyó todo en el respaldar de su cama y me pasó la copa, bebí un trago largo y antes de dejar la copa junto al balde me apoyé el vidrio frío sobre mis pezones, que ganaron una rigidez apenas perceptible. Juan Cruz se pasó por delante mío y se fue a sentar a mi lado, pero antes de que lo haga lo tomé de las caderas y lo detuve empujándolo para que quedara frente a mí, mis rostro quedó a la altura de la verga semi-erecta que me apuntaba amenazante, con una humedad que dejaba brillar todo su tronco y la porción de glande que había quedado fuera. Lo empuje levemente para que se arrimara, cerré los ojos y apoye mi boca entreabierta sobre la punta de aquél miembro, mis pulmones se llenaron de su exquisito aroma y mis ganas de chupársela llegaron al punto extremo. Le dí un beso tierno, como el beso primerizo de una adolescente, para luego empezar a chupársela lentamente, probando en cada pasada un poco más de aquella carne tibia. En esos momentos todo lo hacía con mucha lentitud y mucha calentura, su rostro me miraba entre sorprendido y excitado por mi actitud de puta, pero yo sólo pensaba en disfrutar aquel momento sin importarme realmente nada. Cuando mi boca no fue capaz de albergar más, mis movimientos comenzaron a acelerar y con el miembro dentro comencé un movimiento de penetración, tratando de mantener cerrados mis labios para provocarle en cada ida y venida un mar de sensaciones. Lo abandonaba sólo para apoyar su pene contra un costado y en un beso continuo ...
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