La Excusa Perfecta
Fecha: 30/09/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ominferno777, Fuente: RelatosEróticos
Desde hacía unos meses había comenzado a trabajar en un local de ropa de una reconocida marca. Éramos varias personas encargadas del comercio y la venta, entre todos mis compañeras de trabajo podías encontrar algunas vendedoras, una encargada de la supervisión general, cajeras y... a un solo hombre, el guardia de seguridad. Todos formábamos parte del grupo de trabajo diario, y cada uno hacía lo suyo sin interferir en otras áreas, por este motivo estaba terminantemente prohibido las relaciones personales entre los empleados, al menos durante el trabajo. Sin embargo, se habían oído algunos rumores de que el guardia había mantenidos relaciones con la encargada y con una de las cajeras después de hora, cada una por su lado y mientras todos se preparaban para irse. Ellas, sin saberlo, habían caído en las garras de este joven que todas en secreto apodaban "el rompe-parejas", pues se decía que disfrutaba cogiendo con mujeres casadas o en pareja, un grupo del que yo formaba parte. Romina, la encargada, era una mujer de 32 años, esposa y madre; Carla, la cajera, estaba en pareja cuando todo ocurrió, pero se cruzó con el mejor amigo de su novio a la salida del hotel alojamiento y ese fue el fin de su relación.
Juan Cruz era el nombre de aquél guardia, y trabajaba todo el día desde que durante un asalto a mano armada habían herido al guardia anterior. Desde que comenzó a estar todo el día en el local, esperaba la salida para quedarse charlando conmigo y hacía evidente el interés por ...
... mí. Yo trataba de ser amable, aunque de no darle mucha bolilla por lo que las otras empleadas me habían dicho de él. En cierta medida me atraía, pues es un pibe joven y es muy bonito. Además se rumorea que tiene muy buen físico, debido a la profesión y a algunas horas de gimnasio. Aunque trataba de rechazarlo, comenzaba a coquetear sin quererlo. Poco a poco se ganaba mi confianza, con halagos y sobretodo con mucho respeto. Entonces comencé a pensar que mis amigas eran las equivocadas, que aquél joven solo buscaba una relación amistosa conmigo y que sus intenciones no eran malas, lamentablemente me estaba equivocando muy feo, pues poco a poco caía en sus garras.
Las invitaciones cayeron pronto: primero se ofreció a llevarme al trabajo, pasarme a buscar por la casa de mi madre e irnos juntos hasta el local. Después de rechazarle esa invitación por motivos obvios, esperó una semana antes de invitarme a tomar algo, otra oferta que también rechacé. La tercera fue la vencida, pues me encontró camino a la universidad un día que debía rendir, estaba atrasadísima y no tuve otra opción que aceptar. Era un sábado por la mañana, había pedido permiso en el local para faltar y asistir al último examen del segundo año de la carrera de diseño de interiores, en una universidad que te da las facilidades como para poder trabajar y llevar los estudios en perfecta armonía. Cuando llegamos a la puerta habían pasado cerca de media hora de examen, y no tenía intenciones de entrar a desaprobar en ...