Un rapidín en un centro comercial (Corte Inglés)
Fecha: 01/10/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: morboso1957, Fuente: CuentoRelatos
Salí esa tarde de sábado con mi mujer y mi hija a comprar al Corte Inglés. Subimos a la planta de mujer y allí me encontré con una compañera de trabajo. Era Alicia, mujer de media estatura y con un buen cuerpo. Tenía 45 años pero aparentaba 10 años menos. Hacía ejercicio regularmente. Le gustaba andar por la montaña y alguna vez habíamos hecho alguna salida juntos.
He de decir que Alicia y yo de vez en cuando follábamos, tanto en el despacho como en un apartamento del que ella disponía en la playa.
Esa tarde iba acompañada de su marido, nos saludamos al encontrarnos y aunque cada uno siguió a la suyo, también es verdad que nos íbamos buscando con la vista hasta encontrarnos. Cuando nuestras miradas se encontraban ella me sonreía y yo hacía lo mismo. Yo estaba poniéndome caliente y en uno de nuestros encuentros visuales, me mordí el labio inferior y ella me correspondió con una lamida de su labio superior. Esto ya terminó de encenderme y decidí enviarle un mensaje de Whatsapp, pero como veía que no miraba su teléfono, me acerqué disimuladamente donde estaba ella y le dije mira tu whatsapp.
En el Whatsapp le decía que pusiera la excusa que quisiera con su marido y que en diez minutos la esperaba en la entrada de los aseos del último sótano. No esperé respuesta y me dirigí hacía donde la había citado.
Llegué al sótano y no habían pasado más de cinco minutos cuando la veo aparecer saliendo del ascensor. Se acercó a mí y me dijo que era una locura pero que estaba muy ...
... caliente y quería por lo menos chupármela. La cogí de la mano y tirando de ella nos metimos en los aseos de señoras que al ser el último sótano estaba vació en esos momentos. Nos metimos en uno de los compartimentos del mismo y nada más cerrar se agachó e intentó desabrocharme el pantalón. Le dije que no, que no quería que me la chupara, quería follármela rápido y fuerte y que nos corriéramos los dos.
Empezamos a besarnos frenéticamente y con desesperación. Nuestras bocas y lenguas parecía que no se habían encontrado nunca y no paraban de reconocerse mientras desabroché deprisa su blusa y le subí el sujetador para tener acceso a sus pechos que empecé a comerme con ansias y con muchas ganas, mientras con la otra mano accedí a su coño, que noté todo mojado a través de sus bragas que ya estaban empapadas.
Sin esperar más, se las quité rápido y cogiéndola la acerqué al inodoro obligándola a apoyarse en la cisterna y poner el culo en pompa. Me desabrocho el pantalón mientras ella me decía que era un cabrón, un hijo de puta y que se la metiera ya. Sin darle tregua, se la metí sin ninguna dificultad porque su coño ya chorreaba. Le tiro del pelo con una mano y con la otra sus tetas apoyándome en su espalda y empiezo a follármela de prisa, sin parar, como si me fuera la vida en ello y con ganas de vaciarme cuando antes. Para que ella no se quedara a medias, llevé, la mano que cogía sus tetas, a su clítoris y empecé a acariciarlo, mientras le golpeaba el culo con mi vientre al ...