Loly mi nena perversa
Fecha: 04/10/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... dentro, saliendo hasta la puertita, y volviendo a entrar a tope, el movimiento de metisaca se produce incesante, rítmico, los gemidos conllevan la condición de los dolores y la incomodidad de la primera vez, pero la calentura comienza a atenuar las molestias, hasta animarse a moverse, elevando su pelvis para ofrecerse con intensidad en una cogida lo bastante salvaje para conmocionarla.
De pronto nos olvidamos de todo, y el acto sexual fue tomando la intensidad de un polvo con todos los atributos de una gran cogida.
Tampoco era el momento para prolongar tanto como me gusta, para una primera vez no era necesario hacerlo tan largo, el bombeo abría de par en par sus músculos preparándola a mi gusto, acelero los movimientos, me concentro en buscar todas la formas y modos de producirle el máximo placer, poniendo en práctica la experiencia para que este momento se guarde entre sus recuerdos más entrañables.
En pleno metisaca la nena comienza a experimentar el trance de sentir como la inquietante excitación se va traduciendo en latidos vaginales, signos inequívocos de la ebullición interior, a liberarse en movimientos descontrolados, la crispación propia de cuando la intensidad de la emoción está en conexión con el más allá. El desahogo de la carne, la liberación volcánica de la tensión interior acumulada durante todo este momento de sumar excitaciones en continuado.
- Ahhhh, papiiiiii
El trance propio del orgasmo pudo más que ella, se dejó llevar por esa sensación ...
... liberadora, tensando músculos y tendones, agitando el cuerpo y vociferando palabras sin sentido, gemidos y grititos. Las manos aferradas a mis hombros, clavando la uñas en mi piel como forma de expansión en el desborde emocional.
- Nena, me voy, me voyy
- Sí, síiii, papi, vení, vení dame tu leche.
Los agotadores enviones de verga, intensos, a fondo, luego sosteniéndolo bien a fondo el leve movimiento para permitirme derramar el semen dentro del virginal estuche.
- Uffff qué polvo le dejé a mi nena.
- Síiiii, mi primera leche papitoooo
Me salí de la nena, temblando por la emoción de haberla hecho mujer, quedé, arrodillado, como orando a la virgen que había dejado de serlo. Podía ver y sentir como la conchita comenzaba a dejar escurrir los primeros vestigios de sangre producido por el desgarro del himen con una parte del semen comienza a escurrirse de la conchita desflorada por su papi.
La acompañé al bidé, para higienizarse y dejar escurrir el resto de la sangre virginal, mientras la lluvia de agua tibia calma las molestias propias de su primera vez, aprovecha para lamer de mi verga los restos de semen que había fabricado para ella. Volvimos al lecho
Volvimos al lecho, nos quedamos abrazados, y lo que sucedió después será objeto de otra historia.
Fueron momentos que no se pueden describir, no alcanzan los adjetivos para calificar esos instantes cargados de erótica emoción, ahora tenemos un doble lazo de sangre, por haberla engendrado y por haberla ...