UNA LINDA HISTORIA 4 (segunda parte)
Fecha: 07/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues
... Brindamos y bebemos al golpe. El camarero vuelve a llenar. Cuando las chicas regresan a la pista, con nuevas copas en las manos, ya están desatadas. Junto con la mayoría de machos, las contemplo moverse lánguidamente, levantando la libido de cuantos las rodean, incluso de muchas chicas. Pam gusta de bailar con movimientos lentos, contoneando sus caderas, flexionando las piernas. Sus manos delinean su figura, una y otra vez. Creo que sería una estupenda stripper. Maby, en cambio, es más dinámica. Realiza complicadas musarañas en el aire con sus brazos y manos; contonea todo su cuerpo e incluso lo hace vibrar. Tiene menos caderas que mi hermana, pero agita su cuerpo como un terremoto. Sonrío cuando sus cuerpos se pegan, frotándose con pasión. Cada vez más gente las mira, atraídos por el mensaje de sus cuerpos. Una cadera que roza una pelvis, dos nalgas que chocan, un pubis que se frota largamente contra unos glúteos apretados, mientras unos brazos abarcan y aprietan una cintura, o bien dos senos que se rozan con intención, deseando estar desnudos al hacerlo. Es cuanto todos queremos ver y lo que ellas desean transmitir. Numerosos voluntarios surgen a su alrededor, dispuestos a bailar de esa forma con ellas. Virtuosos bailarines las retan con sus elaborados contoneos, pero ellas no ceden. Cuanto más las interrumpen, más se miran a los ojos, hasta que, al final, ya no separan las miradas. Maby acaba pasando sus brazos por el cuello de mi hermana y su baile se convierte en algo ...
... suave, lánguido y turgente, que no tiene nada que ver con la música que suena. Inconscientemente, los hombres han dejado de bailar a su alrededor. Están pendientes de lo que significa ese abrazo entre hembras. Noto la tensión sexual flotar en el aire. Han excitados a todos los hombres que las miran. Están empalmados. “Lo sé. ” Aún me mantenía tranquilo porque, en el fondo, sabía que esto iba a suceder. No puedes abrir la caja de Pandora sin que acabe salpicándote, ¿no? Pamela y Maby empiezan a comerse la boca, ante todo el mundo, abrazadas. Lo hacen con mucha delicadeza, sin prisas, mostrando perfectamente sus lenguas. Unas lenguas que entran y salen, que son succionadas, aspiradas, y mordidas; que brillan bajo los estroboscópicos focos, que prometen suavidad y dulzura. Esos besos serán recordados por mucho tiempo, Pero también veo muchos rostros desencantados, labios que modulan palabras que no necesito escuchar para entender. Tortilleras, bolleras, lesbianas… Es hora de mojarme. Dejo mi vaso vacío sobre uno de los altavoces y me adentro en la pista, con valentía, conciente que, en segundos, todo el mundo va a estar pendiente de mí. Ellas me ven llegar y abren su abrazo para incluirme en él. Mis brazos abarcan sus hombros con facilidad. Posan sus lindas mejillas sobre mi pecho, el cual podría abarcar aún otra como ellas. Beso ambas cabelleras. Seguro que ahora hay tíos que me maldicen y se mordisquean los puños. ¡Esto es genial! Les doy la puntilla. Levanto, con un dedo, el ...