1. UNA LINDA HISTORIA 4 (segunda parte)


    Fecha: 07/09/2017, Categorías: Incesto Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues

    ... rostro de mi hermana. En sus ojos, leo la total aceptación de nuestra condición. Beso dulcemente sus labios, sabiendo que Maby nos está mirando, sin levantar la cabeza de mi pecho. Tras casi un minuto, abandono sus labios para apresar la boca de Maby, que ya me busca con urgencia. Saboreo el alcohol en ambas bocas y decido que ya es suficiente exhibición. Aún abrazadas a mí, las sacó de la pista. Pido unas copas nuevas y le pregunto al camarero sobre los palcos. Normalmente, hay que reservarlos al principio de la noche, pero, a estas horas, el que se queda vacío puede ser ocupado, con una mínima consumición de treinta o cuarenta euros Le paso la tarjeta y conduzco a mis chicas hasta uno de los palcos, donde un camarero está recogiendo vasos y botellas. ― Esta es una de las mejores noches de mi vida – dice Pam, mientras nos sentamos en un cómodo sofá de oscuro cuero. Yo en medio, ellas a cada lado. ― Siento algo muy fuerte en el pecho – jadea Maby. ― ¿Te está dando un ataque? – bromeo. ― No, tonto – se ríe. – Lo siento cuando os miro… nunca he tenido una familia, un vínculo con alguien que me importara… sois mi primer vínculo, mi familia, mis amantes… ― Oooh… que bonito, Maby – la toma de los hombros mi hermana. Las dos quedan casi tumbadas sobre mi regazo. ― Te comería toda entera, aquí mismo – proclama Maby. ― Pues como no le pongan cortinas a esto – digo yo y las dos se ríen. ― Te hemos tenido abandonado, Sergi – se acaramela Pam, echándome los brazos al cuello. ― No ...
    ... creáis. Me he divertido mucho con el espectáculo. ― ¿Espectáculo? – frunce el ceño Maby. ― Si, el show lésbico en la pista. Muy bueno. Por poco os violan los tíos que estaban a vuestro lado. ― ¡Dios! ¡Ni nos hemos dado cuenta! – se lleva Pam una mano a la boca. ― ¿Por qué creéis que os he sacado de la pista? ― ¿Por qué estabas empalmado, cariñín? – bromea Maby, llevando su manita en busca de mi pene. ― Va a ser que no, porque ya me esperaba algo de eso. Pero os tenía que sacar de allí antes de que se organizara algún lío. ― Tendremos que refrenarnos un poco en público – reconoce Pam, viendo que hablo en serio. Una chica menuda, con una peluca a lo Cleopatra, trae nuestras bebidas nuevas. Nos mira con picardía y asombro. Yo no le parezco lo suficientemente rico para disponer de dos chicas de lujo, ni suficientemente guapo como para atraerlas. Seguro que se pregunta qué es lo que pasa allí, pero se aleja con prudencia. ― Sergi… -- Maby me mira, haciendo un puchero. ― ¿Si, hermosa? ― Quiero ver esa polla… siento curiosidad. ― ¿Aquí? – me asombro. ― Nadie nos ve desde abajo y en el palco vecino, se están marchando. Tenía razón. El otro palco, situado a una decena de metros, se estaba quedando vacío. ― Vamos, hay que contentar a la chiquilla. No seas malo – me pincha mi hermana, bajándome la bragueta. Me encojo de hombros, mi gesto más característico, y la dejo hacer. Tiene dificultad para sacar mi gruesa polla morcillona por la estrecha apertura de la bragueta. Maby está expectante, ...
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