Mi Madrastra, La Más Puta
Fecha: 07/10/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... que estaba allí con una chica, no se iba a quedar a esperar a que saliera. Cogió o dejó algo, y se fue sin m*****ar. Pobre hombre. Y yo dándole por culo a su mujer.Me quedé más tranquilo, pero Maite estaba muy nerviosa aún. Quise terminar lo que habíamos empezado, pero se negó en rotundo.- ¡No! Y de momento no lo vamos a hacer más. Esto no puede seguir así.- Pero Maite, qué dices… –mascullé acongojado.- Que no podemos seguir así. Yo tengo dos hijas, ¿sabes? Y tengo que estar con tu padre.- Pero Maite, yo te quiero… –dije con lágrimas en los ojos.- No te pongas así por favor –me pidió, con la cara desencajada a punto de llorar también–. Yo… esto no puede seguir así –repitió.Se fue a su habitación conteniendo el llanto, algo que yo no pude hacer y rompí a llorar en la cama.Al día siguiente estaba fatal y mi padre lo notó. Vino a hablar conmigo.- Chaval, quería decirte que puedes traer a chicas siempre que quieras. Tendría que haber llamao a la puerta –joder lo que me faltaba, mi padre encima se disculpaba. Era justo lo que necesitaba para sentirme como un mierda total.- No pasa nada, papa. Recojo y me voy ya que no quiero llegar tarde –todavía me quedaban unas semanas de clase y exámenes. Eso me distraería.Salí sin ver a Maite ni despedirme de ella. Era lo mejor que ambos podíamos hacer. Pero claro, seguía siendo la pareja de mi padre y no iba a ser como cortar con una novia y dejar de verla para siempre.Pasaron algunas semanas sin hablar con ella, pero un día, cuando aún no ...
... había terminado los exámenes, recibí un WhatsApp suyo.Vas a venir este verano???No lo sé, no creo MaiteQuiero que vengas.Te echo mucho de menos.Pero no puede ser. Tu misma lo dijisteTe quiero. Eso no va a cambiar.No le contesté, pero me puse contento. Aunque quería hacerme el duro, y que pensara que no iba a ir, me moría de ganas de volver a casa y verla. Pero eso no iba a solucionar el gran problema que aún teníamos.Tras acabar el último examen, no me fui a Salou a celebrarlo con los de clase. Hice las maletas y salí a escape para casa. Me preguntaba cómo me recibiría Maite.En el reencuentro, me abracé con mi padre y las niñas. Estaba muy nervioso, porque no había hablado más con Maite, y ella sabía que iba pero no por mí directamente, sino por mi padre. Vi que Maite me miraba cómplice. Sonreía. Y no sólo con la boca, también con la mirada. Estaba contenta y se le notaba en la cara. Le di dos besos, tocándole casi imperceptiblemente su mano con la mía.- ¿Ha sido muy largo el viaje? –preguntó mi padre.- Más de lo que hubiera querido –contesté echando una mirada rápida a Maite.Por la tarde logramos escabullirnos y echamos un maravilloso polvo en los asientos de atrás del coche.- ¿Qué vamos a hacer? –le pregunté sudoroso, después de haber acabado.- No lo sé, sigo sin saber… pero esto no puede seguir así –dijo con determinación.Pero esta vez no me asusté ni me preocupé al oírle decir eso. No sé qué fue, si el tono de su voz, su expresión, o el bienestar que me embargaba tras el ...