1. La profesora de ingles y mi suegra ( Parte III - F


    Fecha: 08/10/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: pepitito, Fuente: xHamster

    ... mujeres de tu edad. Tu todavía estas para merecer, solo falta que te lo propongas y aparecerá el hombre indicado.-- Es que no sé lo que me pasa. A veces tengo los mismos deseos que tenía a los 15 años y mi marido no es capaz de satisfacerlos. Además tengo miedo de salir a buscarlo por allí porque si me descubren se vienen abajo tantos años de matrimonio y la tranquilidad familiar. Ya no estoy para esos líos. Es difícil, muy difícil sobrellevarlo cuando una se siente plena sexualmente..-Mientras me decía esto yo sentía que se me pegaba más a mi cuerpo buscando mi reacción, que por supuesto encontró. La apreté fuerte y le hice sentir mi verga en su entrepierna que ya estaba dura como una piedra. Ella entonces, comenzó a suspirar y sollozar al mismo tiempo. Parecía, valga las comparaciones, una jovencita a punto de perder su virginidad. Por un lado el deseo y por el otro los mandatos de la sociedad y la familia.Llegados a este punto, razoné que no había retorno y me decidí. Le tomé el rostro con ambas manos y con mi boca busqué la suya para encontrarnos con un beso de lengua que duró unos minutos. Luego la tomé de la mano y nos volvimos a sentar en el sillón para besarnos desenfrenadamente, mientras nuestras manos buscaban darle rienda suelta a la pasión. Sentí un fuerte apretón en mi verga, al tiempo que mis manos comenzaban a jugar con los pechos de Cecilia. Alcancé a sacarlos de su encierro y mi boca se pegó a ellos para sorberlos y besarlos. Pasaba de uno a otro en forma ...
    ... permanente. Cecilia bajó el cierre de pantalón y liberó a la bestia que asomó en toda su dimensión. Lo tomó con una mano descapullándolo para luego agacharse y meterlo en su boca y lamerlo.Fue entonces que la invité a pasar a su dormitorio. Calculé que aún faltaban un par de horas para el regreso de mi mujer. Tomé el resguardo de dejar la llave puesta en la cerradura para evitar una llegada inoportuna.Parados junto a la cama nos abrazamos y comenzamos a besarnos apasionadamente. Cecilia estaba totalmente entregada a la pasión, no cesaba de besarme, acariciarme y susurrar palabras cariñosas. Las manos fueron buscando, como es natural, los sitios deseados hasta que la caldera de la pasión llegó a su punto máximo y comenzamos a desvestirnos el uno al otro.Mientras yo le levantaba el sweater que llevaba y dejaba ver su corpiño blanco, ella me quitaba la camisa. Yo desabroché su pollera, la que cayó a sus pies poniendo en evidencia unas bragas del mismo color. Cecilia desabrochó mi cinturón y bajó el pantalón hasta mis pies. Sin perder un momento nos dejamos caer en la cama al tiempo que nos librábamos de nuestros calzados y medias.Nos volvimos a abrazar y besar. No podía despegarme de su boca ya que su lengua viboreaba en mi boca y buscaba la complicidad de mi lengua para el disfrute. Mis manos se deslizaron hacia su espalda y con algún esfuerzo logré desabrochar su sostén el que dejó nuevamente a mi merced un par de tetas en forma de pera rematadas con unos pezones duros como ...
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