1. Sexo con mi suegra


    Fecha: 10/10/2019, Categorías: Confesiones Autor: Pepote, Fuente: CuentoRelatos

    Soy José, tengo 26 años y lo que voy a relatar a continuación es lo más fantástico que nunca imagine que me podía pasar.
    
    Antes de nada, decir que estoy recién casado, vivo con mi mujer.
    
    Mi trabajo es en turno de noche, el pasado viernes, salí como de costumbre a las 4 de la madrugada, y cuando regresaba a casa, me encontré a mi suegra, la cual había salido de fiesta con unas amigas y estaba esperando un taxi, en una calle céntrica.
    
    Mi suegra, es una mujer joven, separada, delgada, un buen culo y pezones grandes, ni que decir tiene que paré la recogí y me ofrecí a llevarla a su casa, ella se alegró de verme y subió rápidamente al coche, note que iba algo "contenta", y muy sexy, con una minifalda por encima de la rodilla y una blusa con generoso escote.
    
    Durante el viaje a casa, le estuve interrogando sobre qué tal la cena, si había ligado y demás, sin quitarle ojo a las piernas, ya que desde siempre me ha puesto como una moto cada vez que se pone guapa, ella me comento que todo bien y que no se había comido una rosca, yo incidí y dije que no me lo creía ya que con lo sexy que iba era imposible…
    
    Ella me miró y sonrió, un escalofrío me recorrió el cuerpo y empecé a notar como mi polla se empezaba a hinchar.
    
    Estuvimos un instante callados, ya estábamos cerca de su casa y en mi cerebro solo oia "me la tengo que tirar, me la tengo que tirar…"
    
    De repente pasamos por la puerta de un pub y ella me dijo —José, ¿por qué no tomamos la última? —a mí se me encendió una ...
    ... lucecita en mi cabeza, y sin mediar palabra di un volantazo y aparqué el coche en doble fila en la misma puerta.
    
    Dentro estaba bastante oscuro, ya quedaba poca gente, pedí dos cubatas, sonaba música salsa y Loli, que así se llama mi suegra tras beberse el cubata de trago me cogió de la mano y me sacó a bailar. Yo llevaba un empalme tremendo, y no hacía más que apretarme a ella, la cual me mantenía a raya, una de las veces me dijo —cuidadín yernito, recuerda que somos familia —me di por vencido y la dejé allí bailando para volver a la barra. Desde allí la observé, no aparentaba los años que tiene, se contoneaba como ninguna de las que estaban en la pista.
    
    Eran las cinco de la madrugada y el bar apagó la música y dejó de servir copas, Loli me cogió de la mano y me pidió que la llevara a otro sitio, le dije que ya todo estaba cerrado y que era tarde, la verdad estaba cabreado por la frasecita que me había soltado.
    
    Llegamos a su portal y cuando le iba a dar dos besos para despedirnos, me dice al oído —¿por qué no subes y seguimos la fiesta arriba? —y directamente sale del coche y corre hacia el portal. Yo salí tras ella, la alcancé en el ascensor, y allí decidí jugármela, me acerqué a ella, y sin mediar palabra le metí toda la lengua en la boca, ella se quedó un instante parada, pero acto seguido, bajo su mano a mi polla y la apretó con ganas, diciendo que llevaba mucho tiempo esperando tocarla.
    
    Nada más entrar en casa, le desabroché la blusa, yo también llevaba años ...
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