1. Mari Carmen, una madre muy ardiente. 7


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Incesto Autor: hagen2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... tiempo, puesto que su hija se vuelve en ese momento hacia ella. -Bueno, mamá, adiós otra vez- -Adiós- Y ahora sí, Mari Carmen abandona la cocina. Sus hijos la oyen abrir la puerta del garaje y sacar el coche. El rugido del potente motor del automóvil se escucha durante un rato, luego, se aleja, para no oirse más. Pablo y Pili se quedan solos. Intercambian algunas palabras, algunas frases hechas, y devoran rápidamente el desayuno. Luego, Pili empieza a recoger las cosas. -No, no te preocupes- dice Pili- Ya lo hago yo. Total, siempre lo hago yo todo en esta casa… -Vamos, Pili, tranquila, vete a estudiar si quieres, yo acabo con esto. -¿De verdad?Bueno, no dejaré que cambies de opinión. - dice Pili, marchándose de inmediato, con una sonrisa en la boca. Pablo se queda ahora solo. Solo y excitado, notando como la polla le tiembla, le incita a saciar su sed de placer, de sexo desbocado. No sabe qué hacer. Y como no lo sabe, deja que los sentidos tomen posesión de su cuerpo. Despacio, lleva la mano hacia la entrepierna, se baja la cremallera del pantalón y se saca la verga. La mira y la admira un instante. La nota dura y gruesa, temblorosa y caliente. Necesita sexo, necesita follar. Pero su madre no está. No. Pero está Pili. Ah, si, Pili sí que está. Y también está buena, vaya si lo está, con su cuerpecito tan tierno, tan blanco, tan suave, tan…virginal, o casi, porque Pablo sabe que su hermana ha tenido novio y supone que ya ha follado. Pablo se autoexcita. Sin casi saber lo que ...
    ... está haciendo, se frota la polla hasta ponérsela grande y dura, mojada y a punto. -Aaaahhh…Pili…. - susurra, en pie, en medio de la cocina sin recoger, con la verga en la mano, los pantalones bajados y la mirada perdida en un mundo de fantasía sexual sin final. Podría follarse a su hermana , o por lo menos podría intentarlo, pero ahora solo quiere masturbarse, llegar al orgasmo, lo necesita. Si, y mientras lo hace se imagina a Pili desnuda, tal como la vio cuándo la joven universitaria tuvo su tórrida sesión de sexo con su madre. Pablo no puede más. Se desnuda y sigue masturbándose, cada vez más fuerte, más duro. Y su polla está cada vez más y más dura, tan dura que le parece un trozo de mármol carnoso que ansía tener vida propia y meterse dentro del coño joven y jugoso de su veinteañera hermana. -Aaaahhh…- gime Pablo, una vez más. Está a punto de correrse y lo sabe. El placer es intenso y delicioso. El sexo le quema la mente y solo desea correrse, eyacular, verter su leche por todas partes, manchar la cocina con su semen caliente. Arriba, en la habitación de Pili… La universitaria tiene puestas sus gafitas. Está sentada ante su escritorio y finge leer, finge concentrarse en lo que lee, pero no es así. No, no puede ser así. Con un leve movimiento de caderas da la vuelta a la silla giratoria y queda en sentido contrario a la mesa. Ahora, mirando a la ventana, se deja invadir por sus ensoñaciones más obscenas, aquellas que la persiguen últimamente. El corto traje que lleva se le ...
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