1. La Terapia de los Londoño (I)


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Incesto Autor: rasjeff12, Fuente: SexoSinTabues

    ... cuerpo se iba llenando de una extraña sensación. Se sentía excitado. Cuando Gabriela y Laura por fin se separaron, estaban en un estado casi de éxtasis, querían seguir, pero debían obedecer las instrucciones dadas. Gabriela leyó la otra instrucción: —El cuerpo femenino es hermoso, y no hay mejor maestra para enseñarle la feminidad a Laura, que su propia madre. Por favor, desnúdense. No hay vergüenza en mostrarse como son. La madre empezó a quitarse la ropa, mientras su hija observaba: llevaba una ropa de trabajo, formal pero ajustada al cuerpo que la hacia ver como una mujer perfecta. Empezó por los tacones altos, que hacían que sus piernas se vieran tornadas y espectaculares. Luego, se quitó la chaqueta, dejando ver una camisa blanca ajustada, con un escote que invitaba al deseo. Se desabrochó la camisa lentamente, empezando por los botones de arriba; cuando terminó, dejó ver su brasier color rojo, con toques de encaje, y sus grandes pechos. Si piel era morena, suave. Se bajó la cremallera de su falda y la deslizó por sus piernas. Tenía una tanga pequeña que hacía juego con su brasier, con solo algunas transparencias que dejaban ver la silueta de su vello púbico. Llevaba medias de nailon, que le llegaban hasta los muslos. Se las quitó también. Se desabrochó el brasier con facilidad. Sus pechos salieron libres. Grandes, firmes, con unas aureolas oscuras, con pezones mas oscuros que la piel. Estaban erectos. Bajó la mano hasta su tanga y la quitó. Tenía vello púbico, negro, ...
    ... pero organizado. No era mucho, no era poco. El necesario. Miró a su hija que mantenía los ojos puestos en su cuerpo. Parecía avergonzada. —Vamos hija. Tú también eres hermosa. —No como tu—comentó Laura. —Más que yo—animó a su hija. Las palabras parecieron servir. —¿Crees? —Si, si lo creo. Laura tenia el uniforme del colegio: un saco, una camisa blanca, una falda que le llegaba un poco mas arriba de las rodillas, unas medias blancas largas, y unas zapatillas. Empezó por las zapatillas. Luego siguió con el saco. Se lo quitó por encima de la cabeza. No tenia los pechos muy grandes, pero se alcanzaban a divisar por debajo de la camisa. Siguió por la falda. La deslizó por sus piernas largas. Era del mismo color que su madre. Debajo de la falda, tenia una licra color negro, para evitar que se le viera la ropa interior. Su cola pequeña quedaba demarcada por la licra, y sus labios vaginales también se alcanzaban a marcar. Se quitó las medias, y se dispuso a quitarse la camisa. Los botones se separaron rápidamente. Llevaba un brasier deportivo negro, que resaltaba sus pechos. Se quitó la licra y dejó ver sus pantis tipo chaquetero. No mostraban mucho, pero la hacían lucir espectacular. Se removió el brasier deportivo, y dejó al aire unos senos, firmes, pequeños redondos. Luego, se bajó los pantis, y apareció una mata fina de vello púbico. No tenia mucho, pero era una indicación de que ya casi era una mujer hecha y derecha. —Hermosa—dijo su madre. Ella se sonrojó. Las dos podían sentir ...
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