1. La Terapia de los Londoño (I)


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Incesto Autor: rasjeff12, Fuente: SexoSinTabues

    ... en sus lenguas. Eduardo acarició a su hijo. Movió sus manos, grandes, fuertes, por el cuerpo de Antonio. Llegó hasta el pene, que volvía a estar erecto luego de ese descanso. Masajeó la cabeza, y bajó el prepucio con ayuda del líquido pre-seminal. Se movió de arriba abajo, lentamente, dejando disfrutar a su hijo. Tomó la mano del muchacho y la ubicó en su propio pene. Antonio entendió y masturbó a su padre hasta que volvió a estar erecto. Los dos subían y bajaban, disfrutando del ritmo. Eduardo no pudo más y bajó la cabeza. Sus labios tocaron el pene de su hijo. Lo sintió saltar adentro de su boca. Antonio siguió en el miembro del hombre. Mientras uno subía y bajaba, el otro mamaba, llegando hasta el fondo de la garganta. Cuando sintió que su hijo se iba a correr, se apartó. Tomó la cabeza de Antonio y la guió sin fuerza hacia su pene. El miembro de Eduardo no cabía completo en la boca de Antonio, sin embargo, los dos estaban disfrutando del momento. Las manos grandes del hombre ejercían presión sobre la cabeza del muchacho. El chico sintió el pene del hombre entrar por su garganta. Tuvo un reflejo, pero no por mucho. Lo sentía a punto de estallar dentro de s boca. Su padre lo apartó. Lo puso en cuatro, se humedeció un dedo, y lo introdujo en el ano de Antonio. Al principio se encontró algo de resistencia, pero luego logró humedecer otro dedo y lo metió. Masajeó el ano de su hijo hasta que decidió que estaba lo suficientemente lubricado, y luego lo penetró. El pene entró ...
    ... hasta la mitad. Un montón de sensaciones recorrieron el chico, que sentía como su pene saltaba con cada empujón que su padre daba. Adentro, afuera, adentro, afuera, adentro, afuera…era la mejor sensación del mundo. Eduardo estuvo a punto de correrse dentro de su hijo…de hecho, lo hizo. El semen de Eduardo llenó a Antonio, que sintió a su padre explotar dentro. Ahora él quería hacer lo mismo. Eduardo se puso en cuatro, y se metió dos dedos, masajeó su ano por un momento, y le dio la señal a su hijo. —Listo. Puedes. Antonio penetró a su padre. Y empujó. Lento. Adentro, afuera. Medio. Adentro, afuera, Rápido. Adentro, afuera. Eduardo sentía como su próstata era estimulada. Antonio sentía que ya casi iba a explotar. Siguió empujando. Adentró, afuera, adentro, afuera…y por fin lo hizo. La explosión no fue tan fuerte como la de su padre, pero de todas formas habían eyaculado, y era tiempo de descansar. Juntaron sus penes, en señal de fraternidad. Gabriela y Laura ahora se encontraban con las piernas abiertas, una frente a la otra. Se acercaron. Laura pasó una pierna sobre su madre. Quedaron en posición perfecta para rozar las dos vaginas. Una tijera. Y empezaron a moverse. La pelvis de Gabriela se movía rítmicamente. Era un baile. La fricción la hacia gemir. Las hacia gemir a las dos. Cada vez ganaban mas velocidad. De arriba abajo. El vello púbico de las dos iba a hacer fuego. Estaban al punto del clímax. Arriba, abajo, arriba, abajo, arriba, abajo. Las dos estallaron. Se vinieron al ...
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