De puta en un gloryhole en el extranjero
Fecha: 16/10/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos
... como una perra en celo se la chupé hasta hacerlo explorar: su esperma salió disparado aterrizando en mi cara, labios y cuello. “Oh qué rico amor!!” El mazo ese desapareció repentinamente, pero de pronto me di cuenta que ya había otra verga en el hueco de la pared opuesta. “Esto será divertido… voy a ser una puta oral esta noche”. De inmediato giré la silla y de nuevo, a mamar verga; la chupaba desesperada mientras el semen chorreaba por mi cuello. Ya tenía un plan en mente: chupar todas las vergas que se presente, hacerlas explotar, recibir todo el semen que pueda. Y así se dio: terminaba con uno, hasta hacerlo derramar todo su esperma en alguna parte de mi cara (o a veces, en el fondo de mi garganta) y luego el siguiente, y el siguiente, y el siguiente. Mi silla giraba de izquierda a derecha y nuevamente a la izquierda… los penes entraban y salían de los gloryholes, entraban y salían de mi garganta; la capa de esperma se iba acumulando en mi cara, como un manto de crema para la piel, lechosa, con ese olor tan característica de la leche de un macho. Habían pasado quizá un par de horas; en ese tiempo debí mamar unas 30 vergas, o quizá más. En un momento dado no lo pude resistir más, así que me quité la trusa y el vestido, quedándome solo con las botas puestas y entonces hice algo más: mientras se la chupaba al tipo que estaba a mi derecha, el de la izquierda me rompía el culo con su verga. “OMFG”…” ¡Doble penetración anónima!! “Esto es el paraíso. Me quedé así, con el cuerpo ...
... en 90 grados, con la boca abierta en un hueco y el culo, también abierto en el otro. Lo ÚNICO que pensaba en ese momento era: “CÓJANME por favor, cójanme todos los que quieran!!!”. Estaba en el paraíso, en el nirvana… era la mejor experiencia para una puta travesti como yo. Se sujeté con ambas manos de una barra de metal en la pared, mientras que con los tacones me apoyaba en la pared opuesta. Cerré los ojos, abrí ambos huecos: las vergas entraban y salían, entraban y salían, entraban y salían; la leche, el semen, el esperma de inundaba por todos lados, una y otra vez, más y más y más.
Me quedé unas cuatro horas en el lugar. Debo haber servido a unos 50 a 60 hombres, quizá más. El semen chorreaba por todo mi cuerpo: mi culo, mis piernas, mi cuello… eraba completamente bañada en esperma. No sabía si debía salir así… en realidad quería hacerlo, lo había hecho en mi ciudad y es súper cachondo. Me vestí de nuevo, el semen dejaba marcas por todos lados en mi vestido; removí un poco el esperma de la cara, al menos para poder ver bien. Al salir de la cabina vi que habían varios hombres, mi miraban dándome una risa lasciva, como diciéndome “eres una diosa”, un par me pidieron mi nombre y el de mi hotel. Sentía el semen saliendo de mi ano, metiéndose en mis botas; con los dedos, traté de remover el esperma de mi nariz y mejillas. Era un desastre.
Al final pensé, “joder, esto es Ámsterdam, seguro no tienen problema con esto” así que salí, media cubierta de esperma hacía la calle ...