Me gustan las embarazadas ¿por qué?
Fecha: 18/10/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: cuand0, Fuente: CuentoRelatos
... tirón, con la calza en los tobillos y sin abrirle las piernas, apoye mi pija ayudada con mi mano, el calor y la humedad de sus labios vaginales actuaron como imán, (no hay nada más lindo que correr el prepucio en la puerta de la vagina y sentir la aspereza de algún vello, junto a la suavidad de los labios) se la metí despacito, realmente podía sentir la estrechez de las piernas cerradas, en un par de embestidas ya estaba adentro y bien lubricada.
- Aaahhhh siiiii, ahhhh que rica pija siiiii
- mmmm ahhh que hermosa que estas, -mientras comenzaba a aumentar el ritmo- ¿te gusta así??
- Siiii mi amor siii metémela así no pares, haceme todo lo que le guste a tu mujer, ¿sí? pero no pares por favor que estoy muy caliente, me lo dijo mirándome por el espejo.
Tomándola con una mano en la cintura y otra del cuello, le daba duro por atrás, hice que su mejilla diera contra el espejo, lo que hizo que se comience a empañar con su respiración.
Que hermosa puta que me estaba cogiendo, quien iba a pensarlo, ¡cómo me había puesto! la pancita de embarazada ya hacía que la concha sea más estrechita, así que le empecé a decir toda clase de groserías que me calientan tanto, y que le gustaban tanto a mi mujer.
- Toma putita, una buena pija, sentila así -y cambiaba de movimientos, en círculos mientras ella movía el culo de igual ...
... forma.
- Ahhh si, hace ya tiempo que no me cogen, que rico, necesito pija, por favor necesito una pija, prométeme que me vas a coger como a tu mujer.
Yo a esa altura no pensaba, no contestaba, estaba cogiéndola duro, agarrándola del pelo y el cuello, sentí como me aprisionaba la verga adentro, estaba acabando, ya no la escuchaba gritar, no escuchaba como se le aflojaban las piernas, no sentía como me rasguñaba mis nalgas, tengo recuerdos borrosos, hasta qua al fin me recuerdo tirando todos mis chorros de leche en su espalda, como si hubieran estado guardado años, me la froté hasta que se ablandó y la última gota salió.
Ahí si pude escucharla hablando bajito como para sí misma:
-hijo de puta como cogés! Me hiciste acabar todo el tiempo.
Ese es el momento donde a uno se le va el erotismo, cuando piensa en su esposa, en la responsabilidad, en que tiene razón, ¡soy un hijo de puta, que hice! así que me salió del alma y con mucha vergüenza, el instinto protector...
-vení al baño a bañarte, limpiate todo eso –y la acompañé, al entrar, le indiqué donde estaban los toallones, el jabón, y abrí la ducha, pensando en salir y no volver nunca más, o no sé qué, lo que sí sé es que, a los quince minutos, me la estaba chupando y cogiendo de nuevo, ahora ella arriba mío en el piso, y yo pensando… que hijo de puta, no volverá a pasar…