1. Los 5 minutos más largos de mi vida (4) Una noche muy larga


    Fecha: 18/10/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: tumedianaranja, Fuente: CuentoRelatos

    Me tienes totalmente inmovilizada, cada centímetro de mi cuerpo esta a tu entera merced. Te pones a mi lado y me dices que para que todo empiece debo de estar bien limpia. No comprendo a lo que te refieres, pero el tanga me impide hacerte cualquier pregunta. Sostienes una pequeña caja en las manos, la cual abres y sacas una pequeña cápsula. Para mi sorpresa la caja me es reconocida, es una pequeña caja que contiene supositorios que se encontraba en armario del cuarto de baño, así que eso es lo que andabas buscando allí.
    
    Vas directo a mi ano y me insertas el supositorio, metes un poco el dedo hasta que te aseguras que el supositorio está bien adentro y no va a salir. Intento resistirme y forcejear, pero sin éxito alguno, tus ataduras me lo impiden. Mientras que la cápsula hace su trabajo por mis entrañas te entretienes con mis pechos, aprietas y pellizcas mis pezones hasta que estos se ponen duros como dos piñones.
    
    Los retortijones y el exceso de saliva me avisan de que el supositorio está a punto de finalizar su trabajo. Acacho la cabeza y te suplico con la mirada que me sueltes, en parte parece que me entiendes. Sacas dos pinzas unidas por una pequeña cadenita, pasas tu lengua por mi pezón izquierdo y me colocas una de las pinzas, acto seguido haces lo mismo con el pezón derecho. Las pinzas provocan que se me escapen un par de lagrimas, tu las asocias a que no puedo aguantar más lo que llevo en mis entrañas.
    
    Sales de debajo de mí y colocas unos plásticos entre mis ...
    ... piernas, impidiendo a la misma vez que se pueda manchar la cama. Te niego con la cabeza, ni muerta voy a hacer mis necesidades a cuatro patas encima de un trozo de plástico, seria perder todo mi orgullo. Tú te sientas en la cama y me dices que tienes todo el tiempo del mundo, que no tienes prisa. Mi cara te expresa que no voy a poder aguantar mucho.
    
    Tres minutos después mi orgullo es derrotado, mis entrañas han ganado la batalla. Coges unas toallas húmedas y limpias allí donde mi piel ha resultado manchada. Retiras los plásticos con el mas sumo cuidado, procurando no manchar nada.
    
    Cuando vuelves a la habitación, empiezas acariciarme la curvatura de mi espalda. Mientras lo haces me cuentas un secreto. Un secreto que de haberlo sabido antes, yo no te hubiera provocado de aquella manera en el coche. Me cuentas que estas obsesionado con mi culo desde que nos conocimos, que te encantaría meter tu polla por mi estrecho ano, virgen todavía. Que estabas buscando la manera de pedírmelo, que incluso habías ido a un Sex Shop para buscar algún juguete, algo que te ayudara a convencerme (tu sabes que tengo varios juguetes sexuales, aunque todos ellos vaginales). Concluyes diciéndome que ya no hace falta pedírmelo, que cada centímetro de todo mi cuerpo, incluido mi ano está ahora en tu poder.
    
    Una vocecita en mi mente me dice que he sido tonta, que me gusta ir calentando, que eso me pasa por no chuparle la polla cuando me lo pidió. Una sensación de frio en mi ano me despierta de mi ...
«123»