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Embarazada y tramposa
Fecha: 25/10/2019, Categorías: Poesía Erótica, Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
Juan vino a verme al salir del laburo. Habíamos quedado en tomar unos mates y charlar de algo que me contó su mujer medio angustiada una tarde. Yo conozco a mi hermano, y no podía darle crédito a las acusaciones de mi cuñada quien me relató: ¡yo no sé si tu hermano no comprende, o no sé, pero quiere que tengamos relaciones como sea, hasta por la cola; yo ya estoy de siete meses y no puedo tener ganas todos los días. Parece no importarle que piense más en vomitar que en coger… me pegó tres veces, casi me viola una mañana antes de ir a lo de tu vieja, y no me respeta. Tengo miedo que me ponga los cuernos con cualquier pendeja! Traté de consolarla. Le aseguré que juan es incapaz de mirar a otras mujeres, y menos ahora que le iba a dar un hijo; que no sufra tanto y que se anime a hablar con él. Le dije que a mí, que estoy con el bombito hace 8 meses me pasa lo mismo. Mi marido ni me toca y yo me ahogo de calentura, que cuando quiero garchar él siempre antepone la salud del bebé, y entonces nada. Me preocupó que le hubiese pegado. Eso no se lo banco a ningún tipo, y menos a mi hermano. Sonia me hizo jurarle que no le diría nada, pero en cuanto pude hablar con juan lo cité para retarlo un poco, a pesar de que para él soy una pendejita inmadura de 19, y él una eminencia con sus 30 años desgastados por la albañilería. Cuando llegó se sacó la campera, me tocó la panza y me dio un beso en la mejilla. Apagó su cigarrillo por gratitud a mis náuseas y se sentó abriendo un paquete ...
... de palmeritas. Yo traje todo lo del mate y apagué la tele, con algunas extrañas cosqillitas en mis venas por el contacto de su mano en mi piel, aunque tratara de minimizarlo. Desde chiquita me ratoneo con juan, pero él jamás lo intuyó. Siempre fue muy tierno conmigo. Me cuidaba cuando los papis trabajaban, sabía cuáles eran mis cuentos preferidos para dormir, las golosinas que me gustaban y todos mis secretos de niña. Nadie me brindaba tanta seguridad como él. Cuando cumplí los 17 él se fue a vivir con Sonia, su mujer, y yo me puse de novia con Leandro, de quien estoy embarazada. Pero, volviendo a la tarde de los mates, él abrió la charla diciendo que estaba más linda con la pancita, y me retó por no tener corpiño puesto. Nos reímos, le dije que está cada vez más pelado, y enseguida le expuse mi preocupación: ¡Sonia vino a hablar conmigo, y dice que te la querés coger todo el tiempo, y que le pegaste tres veces… no seas hijo de puta juanchi, que está preñada, y por ahí necesita mimitos y no que la trates mal por un polvo nomás!, le largué viendo cómo su cara se transformaba. ¡Es una conchuda, te juro que nada que ver, yo no le pegué jamás… aparte, vos lo decís porque tu marido te atiende, pero ella ni siquiera me besa, y no sé qué va a pasar cuando nazca la beba!, dijo enfurecido. ¡No te equivoques, que el lea no quiere saber nada con acostarse conmigo; de hecho hasta duerme en el sillón… dice que hasta después que nazca nada de sexo… le ofrecí la cola y nada… yo ...