Guam conection
Fecha: 26/10/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Elegos, Fuente: CuentoRelatos
... me quedo más de una semana?
— Bueno a ver, no sé, ¿cuánto tiempo te hace falta? Intento ayudarte, pero todo tiene un límite.
— Te puedo pagar.
— No es el dinero, es que yo tengo trabajo, amigos, amigas… bueno tú ya sabes. Si estoy pendiente de ti tengo que descuidar otras cosas. Una semana lo puedo hacer sin problemas, dos, bueno, creo que también, tres empezaría a descuidar cosas importantes o a ti… pero lo entiendo, ¡adelante!
— No me refería al dinero idiota… siempre te puedo calentar la cama
Me quede con la boca abierta. Evidentemente mi entrepierna si sabía lo que tenía que decir y lo dijo, y ella lo notó y sonrió. Vacié mi copa de un solo trago y le dije:
— Ok, vale, no hay problema… van a ser los mejores seis meses de mi vida
— ¿Seis meses? ¿Por qué seis meses? — Dijo arrugando el entrecejo.
— Porque es lo que suele durar una huida hacia delante.
— Yo no estoy huyendo de nada… ni de nadie.
— Y yo estoy dispuesto a arriesgarme.
— A que me destroces el corazón si te equivocas y al final sí que es lo que yo digo.
— No lo es.
— ¡Está bien! ¡Acepto! Vente a Guam y comparte conmigo todo lo que quieras, mi casa es tuya.
Me dio un beso en los labios. Sabía a gloria. Entendí que a su manera había sellado así un acuerdo vinculante entre ambos y que no se iba a echar atrás. En apenas dos semanas había arreglado papeles, convencido a padres y familiares pesados, obtenido visado y billete y estaba en el aeropuerto de Guam. Era preciosa. ...
... Toda la isla parecía rendirse a su belleza. Es morena, pero su tono de piel claro la hacía destacar en todo lo que hacía. Brillaba más que el resto.
En mi casa la llevé hasta la habitación para que deshiciera la maleta. Me dio un beso con lengua, largo, húmedo y profundo. Y se dejó caer sobre la cama, estaba dormida por el jet lag antes de tocar con la cabeza la almohada. Se despertó antes del alba. Se duchó y allí estaba en la puerta, dispuesta a sellar el acuerdo que nos conduciría a un destino incierto por un camino de pasión y lujuria. ¿Cómo negarse?
Se tumbó a mi lado, empecé a besarla y acariciarle todo el cuerpo. Ella me besaba el cuello y la oreja. Le quite el sujetador y los pezones de sus pequeños pechos ya apuntaban alto. Los besé y los lamí con devoción, hasta los mordisqueé con suavidad. Gimió de placer.
Se apartó con brusquedad y me dio la vuelta. Me quedé boca arriba. Me bajó los calzoncillos y empezó a chuparme el pene. Era increíble me dominaba con placer. Ella marcaba el ritmo, ella decidía el placer que recibía. Intenté cogerle la cabeza con la mano e hizo un amago de morderme. Entendí perfectamente y la solté dejándola hacer a su antojo. Después de todo no me podía quejar.
Cuando estaba súper excitado y casi a punto de irme paró de repente. Se sentó sobre mi cara dejando su dulce y pequeñito coño a la altura de mi boca. Saqué mi lengua y empecé a lamerlo, a chuparle el clítoris y hasta incluso introduje mi lengua dentro. Le encantó pues sus gritos ...