1. En los vestidores del club


    Fecha: 09/09/2017, Categorías: Gays Autor: dieguito90, Fuente: RelatosEróticos

    Diego y Jorge eran dos chicos varoniles y deportistas, rondaban los 23 años y tenían un cuerpo atlético pero no demasiado de marcado de gimnasio, sino saludable, el primero, era de pelo castaño rizado, piel trigueña, ojos color miel y pestañas grandes, siempre tenía un poco de barba cerrada de dos o tres días, también del color café claro de su cabello, era moderadamente peludo del pecho y el abdomen, pero sus muslos (sobre todo la parte cercana a su entrepierna y su verga) eran peludos, al igual que su verga, sus huevos y su culo, su verga era de tamaño normal, circuncidada, rica y de esas que se antojan tan solo de verlas, flácidas, erectas o el cualquier estado. Jorge, por su parte, tenía el cabello color negro y rizado también, tenía una barba un poco más poblada, tal vez por el color del vello de su cuerpo, unos ojos traviesos color marrón y un pecho, abdomen, culo, verga y huevos peludos, pero no demasiado, su verga también era circuncidada y de tamaño normal, pero de apariencia igualmente deliciosa.
    
    Ambos se conocían de años por la escuela y porque siempre habían frecuentado el mismo club, sin embargo, nunca habían hecho una amistad más fuerte, aunque se saludaban con gusto y cruzaban algunas palabras. Diego, moría por Jorge, cada vez que lo veía en bóxers ajustados en los vestidores moría por arrancárselos y olerlos, meter su verga en ese culo delicioso que tantas veces había visto desnudo en los vestidores y las duchas. Diego pensó que Jorge era heterosexual al ...
    ... cien por ciento y es que realmente ninguno mostraba signos de ningún tipo para pensar lo contrario. Sin embargo, Diego nunca pensó lo que pasaría aquella tarde.
    
    Después de que ambos había hecho un buen rato de ejercicio, entre correr, el gimnasio y otras actividades, se encontraron en los vestidores, se saludaron y cruzaron algunas palabras, Jorge se desvistió primero y dejó su ropa justo al lado de Diego, después, se fue a las duchas, el primero, por su parte, vio la perfecta oportunidad de conocer los olores más íntimos y secretos de su amigo, así que tomó los bóxers negros ajustados de Jorge que todavía se percibían calientes y húmedos por la sesión de deportes y comenzó a olerlos de manera desesperada, rápidamente percibió aquel aroma de delicia indescriptible, un olor a verga los invadía, pero no un olor de suciedad, sino aquél típico de después de hacer ejercicio combinado con algunos restos de la orina del día, bajó su nariz al área donde reposan los huevos y sintió cómo la habitación le daba vueltas, era un aroma delicioso, a sudor, a hombre, un olor íntimo y delicioso, finalmente, pasó al área que roza en el culo y con lo que se encontró una vez más lo volvió loco, era un aroma a culo que nunca había percibido jamás, fuerte, sudado y definido pero a la vez discreto y limpio; en ese momento estaba tan excitado que sentía como el glande de su verga latía como si estuviera a punto de estallar, se veía de un color rojo intenso, ya había dejado salir una buena cantidad ...
«123»