1. La traicionera lluvia


    Fecha: 04/11/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Era una noche lluviosa de otoño. María acababa de salir del trabajo e iba por la calle con el paraguas camino de su casa. Aun teniendo paraguas la lluvia la estaba empapando, y aún le faltaba un rato para llegar. En su casa no la esperaba nadie, porque compartía piso con su amiga Ana, pero ésta estaba en uno de sus viajes de trabajo. María la envidiaba por aquellos maravillosos viajes a los que la mandaban y luego ella le contaba. Algunas veces se iba también con ella su novio Luis, pero esta vez había ido Ana sola. Durante un par de días María tendría la casa para ella sola.
    
    Llegó a casa y se quitó toda la ropa mojada. Fue desnuda hasta el cuarto de baño a por unas toallas. Se empezó a secar los pelos con una mientras se reliaba al cuerpo la otra. Salió al salón a recoger la ropa y ponerla encima de una silla extendida para que se secara. Puso todo por el salón, en una silla los pantalones, en otra la camisa, el chaleco, la ropa interior, etc. Volvió a entrarse en el cuarto de baño sin cerrar la puerta y se puso con el secador de pelo. Con el ruido del secador no oyó que la puerta de la calle se abría. Luis, el novio de Ana, acababa de llegar a la casa también empapado e iba al cuarto de baño a por alguna toalla. Ninguno de los dos esperaba verse cuando se encontraron en el baño. Luis empezó a explicar que venía a por unas cosas que tenía en casa de Ana y le hacían falta, y que no esperaba ver allí a María y menos en toalla. Ella estaba ruborizada pero intento ...
    ... disimularlo. Le dio una toalla a Luis y éste se fue al salón. María siguió secándose los pelos con la puerta cerrada. Pero no tenia nada de ropa que ponerse en el baño así que tendría que volver a salir en toalla. Así se fue al salón donde se encontró a Luis con la toalla reliada en la cintura y pegado a la estufa. Estaba de espaldas a ella y María pudo permitirse estar unos segundos mirándole sin que se diera cuenta de su presencia. Se le veía la espalda con todos sus músculos marcados y la toalla se le ajustaba al culo. Luis se volvió y le dedicó una sonrisa mientras le decía: Espero que no te importe que esté así, pero es que venía empapado.
    
    María no pudo decir nada y Luis notando la tensión que había en el ambiente dijo: ¿Si quieres me visto? Ella no dijo nada, se había quedado mirándolo de arriba abajo. No notó cuando Luis se fue hacia ella y le tocó el hombro para ver que le pasaba, para ver si reaccionaba. Ahora estaban uno frente al otro, tan solo cubiertos por una toalla cada uno. Los calzoncillos estaban sobre una silla. De pronto sus miradas se encontraron y poco a poco sus labios también lo hicieron. Luis agarraba a María de los hombros y la besaba tiernamente y cada vez con más pasión. A ella se le erizó todo el vello del cuerpo y él al notarlo la rodeo con los brazos, pegándose más al cuerpo de ella. Fue cuando María notó el bulto que había bajo la toalla. Se apartó un poco porque reaccionó, pensando que aquel era el novio de su compañera de piso y amiga, y no podía ...
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