De chapero de pueblo a gigoló de capital
Fecha: 05/11/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... que entrase en la habitación. Al estar dentro vi una botella de champán en una cubitera y dos copas encima de un mueble. Encima de la mesita de noche había un vaso con agua y en ella una dentadura postiza. No me inmuté, yo era Luigi, Luigi el amoroso, Me di la vuelta y vi que la señora Carrington se había quitado la bata. Tenía unas tetazas. Una le llegaba a la altura del ombligo y la otra la llevaba colgada a la espada...
-¡No jodas!
-Tal y como te lo cuento. No tenía un kilo de carne, era todo huesos y pieles arrugadas. De la seriedad pasó a la sonrisa, y mejor sería que no lo hiciera, ya que me sonrió con su boca desdentada, luego llenó las dos copas de champán. No le quise la copa. Agarré la botella y hasta que la terminé no paré. Necesitaba estar medio borracho para realizar el trabajo que me había sido encomendado. La putona, para romper el hielo, me preguntó:
-"¿Cuántos años tienes?"
-Veinte.
-"Yo treinta más muchos."
-No mentía, a los treinta le había que sumar muchos. Fui al grano.
-¿Alguna posición preferida?
-"La del misionero. Me gusta que me coman la boca mientras me llevan al cielo."
-Le dije que se echara sobre la cama. Se echó sobre ella y se abrió de piernas. Abrí el maletín y cogí la herramienta para hacer mi trabajo... Y ya no te acojono más, el caso fue que no pasé la prueba, no me dejó que la hinchara, aunque, eso sí, le caí tan bien a la vieja, que me dieron otra oportunidad con una mujer más joven.
-¿Qué herramienta ...
... quisiste usar para hincharla que ella no quiso que usaras?
-El bombín de mi bicicleta.
Me dio la risa.
-Estás de cachondeo.
-No, en aquel momento me pareció una buena idea.
Me dije a mi mismo que si aquel idiota llegara a puto, jefe, yo llegaba a ser el dueño de la agencia.
-¿Adónde tengo que ir para hacer feliz a esa vieja?
-Se ve que tienes cuajo.
Me dio la dirección y el maletín. En vez de gigoló me sentí como un ejecutivo, que iba al matadero, pero ejecutivo al fin y al cabo, ya que iba a ejecutar. La mujer estaba otra vez en el hotel Saboy.
Delante de la puerta de la habitación me encontré con dos tipos que parecían dos armarios empotrados. Me cachearon y miraron que llevaba en el maletín, después uno de ellos me abrió la puerta. Me encontré con una muchacha de veinte y pocos años. Supe quién era al momento. Aquella cara salía mucho en las revistas. No voy a decir quién era porque no puedo. Sólo diré que guapa no era, que usaba Chanel nº 5 y que Luigi me había engañado.
La cubitera con el champán estaba sobre un mueble. Sobre la mesita de noche había una lámpara. Le pregunté, por preguntar:
-¿Are you mrs Carrinton?
Mintió.
-Yes. ¿Any problem?
-No, no.
La chica me dio una copa con champán. Después puso en un tocadiscos la canción: "When I need love." Tomó un sorbito de su copa y me besó con sus jugosos labios y su lengua traviesa. Posamos las copas. La agarré por las nalgas y la apreté contra mí. Rodeó mi cuello con sus brazos y nos ...