1. Extorsión a una mujer casada (Parte 04)


    Fecha: 05/11/2019, Categorías: Masturbación Autor: Stoner, Fuente: CuentoRelatos

    ... asomó.
    
    —Necesito que me alcancen el celular –pidió don Luis– aunque sea que me lo traiga uno de los chicos.
    
    —No sé dónde están… –respondió Victoria.
    
    —¿Tenés algo en la cara? –escuchamos que preguntó Luis.
    
    —Eh, ah –vaciló Victoria– es crema facial. La que me pongo antes de acostarme…
    
    Entonces Héctor avanzó por detrás hacia la mujer y le levantó su pollera. Luego le bajó la bombacha y de un golpe la ensartó por el culo. Victoria se echó hacia delante apoyando sus codos en la ventana, con la intención de disimular el empellón.
    
    —¿Cómo pega el calor, no? –dijo el hombre, desde abajo.
    
    —Si-si –respondió forzadamente Victoria– es tremendo…
    
    Me agaché y me acerqué a la señora cuidándome de no ser visto y le separé las blancas nalgas facilitándole la penetración a mi amigo. Héctor le metía su palo en el culo con fuerza. La señora hacia un notorio esfuerzo por disimular el dolor y el placer que comenzaba a embargarla.
    
    —Bueno, cuando alguien pueda, que me alcance el teléfono. Creo que está en la cocina –Exclamó don Luís.
    
    —Yo… yo me encargo, querido –respondió Victoria y se apartó de la ventana. Una vez fuera de la vista de su marido, sus piernas se aflojaron y cayó de ...
    ... rodillas apoyando su cabeza en el piso. De tal manera quedó con su gran culo parado y servido en bandeja, lo que Héctor por cierto aprovechó.
    
    —Ay, mi culo, chicos, mi culito… —gemía la señora.
    
    Finalmente, Héctor cerró los ojos, la ensartó hasta los huevos e instantes después se corría dentro del ojete de Victoria.
    
    —Tomá, Vicky, tomá… —repetía mi amigo extasiado.
    
    Arreglamos nuestras ropas rápidamente y salimos de la habitación. Antes de cerrar la puerta, observé hacia adentro y vi a Victoria arrodillada, exánime, con la cabeza apoyada en el piso, el culo bien parado y las rodillas juntas. De su ano abierto chorreaba semen que corría hacia abajo por la cara interna de sus muslos. Extraje mi teléfono y le saqué una foto.
    
    Bajamos y nos despedimos de nuestro amigo Pablo, quien estaba en el comedor viendo el partido. Luego pasamos por la cocina, Tomamos el teléfono portátil de Don Luis, anotamos y guardamos su número de teléfono, y luego salimos. El marido de Victoria se hallaba pasándole una franela a su auto. Le dimos su teléfono.
    
    —Gracias, muchachos –dijo Don Luis– Y ya saben, pasen cuando quieran.
    
    —Eso vamos a hacer, jefe –respondí con una sonrisa.
    
    CONTINUARÁ... 
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