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Puteando a mi esposa
Fecha: 10/11/2019, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Desde que Sandra y yo nos ennoviamos cogíamos casi todos los días y varias veces. Ella vivía donde una tía que trabajaba y yo casi ni iba a trabajar por quedarme tirando. Casi siempre estaba todavía en pijama y yo llegaba la desnudaba y le daba verga que da miedo. Ya casados, empezaron nuestras fantasías que incluian otros hombres entre los que estaban sus anteriores amantes y otros que nos imaginábamos o que conocíamos en fiestas o en bares. En una ocasión la llamó por teléfono el primer amante que había tenido que era un tipo casado tío de una de sus amigas. Era mucho mayor que ella y le había desvirgado a los 17. Me arrechaba enormemente que ella me contara lo que el tipo le hacía : se citaban al medio día en la oficina de él. El la desnudaba y le metía el dedo gordo del pie en la vagina antes de ponerla a mamárselo. Finalmente se la comía aunque no era nada creativo y siempre lo hacían a lo misionero. Cuando la llamó le dijo que quería verla nuevamente a lo cual ella se negó. Cuando me contó le pregunté si no le gustaría que el tipo se la volviera a comer, y se sonrojó. Me excitaba tanto la idea de que el tipo se la cogiera que se lo dije abiertamente y la convencí de que lo llamara pero que el creyera que yo no sabía. Al fin lo logré y oí la conversación; él le recordó la primera vez y hablaron de cuando la desvirgó en un paseo en el baño de la finca de recreo en una madrugada. Quedaron de salir. Yo me encargué de que estuviera superapetitosa. Le compré ...
... ropa interior atrevidísima, una blusa de seda blanca que permitía adivinar sus pezones y una minifalda negra con medias superveladas y liguero en sus muslos que, por cierto, son absolutamente divinos igual que sus enormes senos y sus pezones perfectos. Llegado el día el tipo quedó de recogerla en casa de sus padres y así sucedió. Yo me quedé en el apartamento superexcitado imaginando como se la estarían gozando y me masturbé cuatro o cinco veces. La esperé despierto y cuando llegó no estuve tranquilo hasta que me contó con detalles lo sucedido. El tipo la recogió y la invitó a comer a un restaurante. Allí hablaron del pasado y se iniciaron la cogidita de mano, la mano en la piena y los ojos devorando sus senos. Como estaba previsto, la invito a ir a un motel y ella aceptó. Ya en el auto le acarició las piernas y le metió la mano entre la blusa. Tan pronto llegaron la tumbó en la cama, la desnudó sin mayor preámbulo, la acarició y la poseyó. Aunque fue rápido ella se sintió muy caliente por saber que yo estaría excitado de imaginar que se la comían y porque hacía tiempo que no estaba con otro hombre. Pasamos toda la madrugada follando. Estaba más caliente que de costumbre y planeamos otros encuentros más intensos. Fue así como yo le insistí que invitara a otra de sus ex quien era uno de los que más se la había follado, tenía una verga grandísima y además era muy guapo y más de una vez la había llamado para pedírselo. Concertada la cosa, lo invitamos a nuestro apartamento y ...