1. Vanessa compartida (1): Mi fantasía


    Fecha: 11/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Hargos, Fuente: CuentoRelatos

    ... y madre tiempo completo alejándose para siempre de ese medio. Siempre le gustó y hasta ahora le trae nostalgia recordar aquellos años sobre todo cuando ve sus recortes, recuerdos o sus álbumes de fotos.
    
    Volviendo al presente, comprenderán su esencia coqueta-exhibicionista, por años fue admirada en escenarios y le queda ese gustito, también debo indicar que de aquellas chicas de la farándula se hablaba que eran mujeres de la vida fácil y que por dinero hacían más de lo que se veía pero eso es algo que nunca conversamos ni me interesaba cuando la conocí. Y vaya que me impactó cuando la conocí, fue en el consultorio de mi dentista un día que esperé casi una hora por mi turno. Ella se encontraba sentada frente a mí, vestida con lo que se llama en toda regla un “putivestido” negro sin medias que al cruzar las piernas prácticamente se le subía hasta verle media nalga. Otra cosa que me fascinó de ella fueron sus pies, bien cuidados y enfundados en un par de zapatos negros de tiritas y tacón alto… en fin, estaba hecha un ensueño para cualquier fetichista como yo. Un señor como de 60 años junto conmigo éramos los únicos afortunados testigos del juego de ese monumento de mujer que sabía hacer muy bien aquello de provocar, siempre moderada y cuidadosamente como una experta. A ese señor y a mí se nos cayeron tantas veces las revistas al suelo en esa salita de espera que hubiera sido muy ingenuo e imposible de creer que el azar fue el que causó todo. A Vane le encanta atraer la ...
    ... atención de los hombres siempre, en todo lugar y momento, y que además sepan que no hace distinción alguna: viejos, jóvenes, estrato social no hay edad ni raza según ella cuando trata de insinuarse.
    
    Tuvimos un noviazgo corto y en ese tiempo comencé sufriendo (y ahora gozando) con su juego cuando salíamos juntos a divertirnos: siempre vistiendo faldas cortas, falditas muy delgadas que traslucían su tanga o pantalones muy apretados, generalmente blancos, que dejaban traslucir sus colaless favoritas. Usa blusas de una talla menos que hacen que sus pechos casi revienten los botones y en más de una ocasión parecía que se le pasaba la mano por lo extremadamente puta que se le veía. Así pasando el tiempo, día a día, ella notaba como me calentaba esto y lo comprobaba con las largas e intensas sesiones de sexo que tenemos hasta ahora luego de sus “jueguitos”.
    
    Ya de casados confieso que inicialmente me mortificaba pero ahora le he agarrado gusto y vicio al asunto; he incentivado y repotenciado un poco más su estilo y lo canalizo con el fin de que los resultados sean favorables para los dos: ambos quedamos, después de sus exhibiciones, muy calientes y tenemos unas sesiones de sexo que nos dejan completamente exhaustos y dormidos profundamente hasta el día siguiente. Le compro ropa provocativa, desde las medias, portaligas y tangas hasta zapatos de tacón y plataforma; blusas, vestidos y faldas que combinen haciéndola ver como colegiala calentona, secretaria hot y otros por el estilo. Ella ...
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