Toda una señora
Fecha: 11/11/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... problemas o acaso ser acusado de mirón, pero mi morbosidad fue superior y seguí hasta que llegue a la calle que divide el primer cuartel pegado al estadio, algo protegido por algunas matas de caña junto a la acequia de regadío, verifique si había alguien por allí, al no ver a nadie Salí hacia la calle y pegándome un poco al cuartel afine más mis oídos, mi instinto detectivesco, me decía que según mis sospechas ese segundo cuartel seria el elegido, cerca a al estadio, era imposible, por lo que determine que tenía que ser más de medio cuartel hacia abajo, como estaba en ese momento casi en medio, me dirigí hacia abajo, entre la tierra me pareció ver unas huellas que no sabía si eran o no pero confiando en mis instintos seguí los que entraban unos sucos más abajo, era lógico que si la intención de Marcela era lo que yo me imaginaba se adentraría lo más posible, rogué al cielo porque mis sospechas fueran ciertas, mientras casi con sigilo militar un par de surcos más abajo por donde entraban las huellas avance metro a metro casi rampando, cada metro que avanzaba quedándome quieto agudizaba mis oídos, una, dos, tres, cuando a la cuarta claramente escuche más adelante el sonido de la caña cuando es rozado por algo o alguien, me quede quieto, de pecho sobre el surco, no sobre el lomo, miraba hacia de donde había venido el sonido y nada, mi corazón se aceleró y casi perdia la respiración por el temor que hasta mi respiración fuera oído y espantara lo que más convencido imaginaba, ...
... avance unos cinco metros más cuando claramente escuche un sonido que no podría detallar, pareció gemido, un quejido o algo no tan claro que acelero aun más mis latidos, estaba convencido, ese sonido por lo menos yo lo había alcanzado a descifrar y sacar mis conclusiones y dar ya por ciertas mis sospechas.
Me quede quieto unos segundos, acaso dude pero completamente decidido y ya sin temor a nada, pero más sigiloso aun avance casi como una serpiente hasta donde el bullicio, mezcla de sonidos inentendibles, se fue acentuando, por fin mis ojos después de hurgar entre la no muy tupida caña alcanzaron a divisar, dos figuras, allí estaban, hundí mi cara sobre el suelo al descubrirlos por fin a unos 10 metros de distancia más o menos, claro que eran ellos, en tres segundo levantando mi mirada y con mi palpitación un poco más pausada busque y encontré rápidamente que dos surcos más abajo por donde había entrado se encontraban los dos, agudice esta vez mis ojos, que claramente los identificaron, entre la obstrucción de una y otra hoja un par de metros más adelante encontré la ubicación perfecta, echado sobre el mismo surco eleve mi cabeza y cual binoculares encontré el punto perfecto, Tita estaba sentado sobre el suelo y Marcela encima de Tita sin mucha prisa bajaba y subía, la falda de Marcela obstruía mi visión de ambos sexos pero era evidente que tenía la pinga incrustada en su concha, el short de Tita estaba hacia un lado y sentado con gestos extraños en su cara algo sucia parecía ...