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El Artista
Fecha: 12/11/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Estaba disfrutando de una tarde como cualquiera en él balcón de mi casa mientras hurgaba en mi instagram, cuando me di cuenta que había una nueva solicitud de alguien que quería seguirme. La verdad me sorprendí, aunque no le di demasiada importancia, solo acepté. Se trataba de Nico, muchacho al que había ayudado el semestre anterior con algunas cosas de la universidad y nos caímos bien, pero no eramos amigos. Pulsé sobre la pantalla para ver sus publicaciones y me quedé anonadado al ver que se trataba de un artista, cuya faceta desconocía. No paraba de ver sus dibujos, son asombrosos y capturan la atención de cualquiera. Bueno, una vez que salí de la red, lo olvidé. Comenzó un nuevo semestre en el cual yo no estaba inscrito porque ya había culminado la universidad, sin embargo me aventuré a ir. Me encontré con muchos amigos que no había visto desde hace algún tiempo por motivo de las vacaciones y me quedé conversando un rato, hasta que me moví para saludar a alguien más y los perdí de vista. Entonces comencé a buscarlos. Caminé hasta el cansancio por toda la facultad sin éxito, así que me detuve en un pasillo muy concurrido y me llevé una grata sorpresa, me encontré con Nico. —Hola hombre ¿Cómo estás? —Hola, muy bien —me dijo sentado desde su silla—. Pensé que ya habías terminado con la carrera. —Así es —dije—, solo que he venido de visita. Por cierto, tus dibujos están de muerte. —¿De verdad te gustan? —Claro ¿Por qué no habrían de gustarme? Son los mejores que he visto —él ...
... sonrió con timidez y bajó la vista. En ese momento me di cuenta que estaba hablando con alguien que a pesar de poseer un talento majestuoso, era alguien sencillo. —Deberías dibujar algo más grande. Como una ciudad —le propuse. —Me gustaría, pero no tengo la mesa. Hace falta una mesa profesional. —¿La universidad no puede dártela? —No lo sé. —Déjame que intento. Seguro tengo algún contacto que nos pueda ayudar —sus ojos brillaron de emoción. Me retiré mientras hacia la llamada. Hablé con uno de los dirigentes estudiantiles que es amigo mío y no vio problema en donar una mesa a un joven artista que estudia con nosotros. Así que lo había logrado. Cuando le comunique a Nico que ya tenía una mesa y que se la podía llevar cuando quisiera, se emocionó tanto que me dio un abrazo muy emotivo. —Gracias, amigo —me apretó fuerte. Antes de irse, recogió todas sus cosas para buscar la mesa y llevarla a donde sea que viva. Entonces volteó y me invitó a almorzar a su casa al día siguiente —que sería viernes— para celebrar la adquisición de la mesa y que yo le había colaborado desinteresadamente. Sin vacilar acepté. Al otro día, antes de entrar por el pasillo del edificio 89 donde me dijo que vive, verifiqué el mensaje que me había enviado con la dirección. No me había perdido, afortunadamente. Atravesé la puerta y seguí por las escaleras hasta llegar al departamento con la puerta verde césped. Toqué. Nico salió con una gran sonrisa a recibirme y nos dimos la mano, cuando entré me di cuenta ...