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El Artista
Fecha: 12/11/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... de que en realidad vive solo y está residenciado como me dijo alguna vez. Mire hacia su pequeño estudio, lleno de fotografías y dibujos hermosos. Me acerqué a la mesa para mirar la hoja que estaba tendida sobre ella pero rápidamente se interpuso entre ella y yo para no dejarme observar lo que estaba dibujando. —No me gusta que vean mis dibujos sin que estén acabados —me dijo muy nervioso, como tratando de ocultar otra cosa. —Vale. No ha pasado nada. Traté de ignorar lo que acababa de suceder y dejé mi mochila en la silla que estaba al lado de la mesa. Nico me mostró el resto del departamento, la extraordinaria vista que tiene de la plaza de la ciudad y de las concurridas avenidas de por aquí. Hasta que se hizo la hora de almorzar. Nos sentamos a la mesa. Nico había preparado arroz, pollo y ensalada. No tenia que sorprenderme, siendo tal artista era evidente que fuera bueno en otras cosas. Mientras degustábamos sentía que él me veía constantemente, lo cual me incomodaba. —Lucas —me dijo ensanchando los ojos—, quiero decirte que. —¿Si? —Yo, pues. —y comenzó a ahogarse, pensé que se le pasaría pero no, cada vez se le veía mas roja la cara y hacia gestos para que lo ayudara. No era muy bueno en primeros auxilios, pero recuedo lo que me enseñaron en el ecampamento de verano cuando era un niño. Así que lo intenté. Le abracé desde atrás y puse mi dedo pulgar en la boca de su estómago e hice presión hasta que salió lo que estaba obstruyendo su respiración. Me encontraba muy ...
... asustado. Cuando lo tuve de frente vi las lágrimas que le salían y corrían por sus mejillas. Eso, mezclado con mi anghustia me hizo ponerme triste al instante, se le notaba desprotegido. Lo abracé fuerte y le exigí que nunca más me diera un susto como ese. Puse mi frente sobre la suya para captar su atención porque lo veía distraído. —No me hagas esto de nuevo, por favor —le dije teniendo a milímetros de rozar nuestras narices—, que susto el que me has dado. —Lo siento —Cuando habló, me di cuanta de lo cerca que estábamos también de besarnos y me alejé de golpe. —¿Qué ibas a decirme antes de ahogarte? —Nada —se ruborizó aunque no hice caso de eso y volví a preguntarle. —Anda hombre. Dime que ya has abierto la duda. —Lucas —hizo una pausa—, me da vergüenza decirlo, pero. Tú me gustas. Cuando sus palabras terminaron de salir de su boca y entrar en mis oídos. Salí disparado del departamento. En mi casa no pensaba en otra cosa más que en lo que Nico me había confesado. Entonces deduje que esa era la razón para haberme ubicado en mis redes sociales. Tenia un fuerte palpito en el corazón y no sabía de qué se trataba. Recordé que por salir en bala de su departamento dejé abandonado mi mochila, que tenia mi billetera y con ella todos mis documentos importantes. Así que debía volver por ella porque no pretendía pasar el fin de semana indocumentado o me iría mal. Llegué al edificio, subí las escaleras y me encontré de frente con la puerta verde semi abierta, de la misma forma en que la había ...