Angélica. la madre de mi compañero - Relatos Eróticos

Angélica. la madre de mi compañero

... mi amigo.Estaba mirando un poco de televisión en el comedor, cuando escuché unas risas en la habitación de Angélica. Mi curiosidad pudo más y muy despacio me acerqué a la puerta entreabierta.Angélica estaba hablando con otra amiga, cuya voz se oía en el altavoz del celular, mientras ella se cambiaba de ropa para salir.Le comentaba a su amigo que estaba haciendo calentar a nuestro amigo Jaime; había podido ver que el flaco se ponía al palo cuando ella se había agachado en plena calle para mostrarle que no llevaba nada debajo de su falda…Cortó la comunicación y yo regresé al comedor.Un rato después salió vestida como para matar y me entregó unas llaves, diciéndome que se las diera a Ernesto cuando llegara.La observé salir mientras balanceaba ese tremendo culo…Apenas Angélica cerró la puerta, me dirigí a su dormitorio. Mi morbo crecía más a cada instante y quería saber cómo esa mujer desfogaba sus ganas estando separada y aparentemente sola…Abrí varios cajones y me sorprendí al encontrar lencería erótica; puse algunas tangas frente a mi nariz, imaginando el olor de esa concha madura.También encontré preservativos y el plato principal fue un par de consoladores enormes; que todavía tenían olor a Angélica…La pija se me puso dura al imaginar a esa hembra metiéndose esos juguetes entre sus labios vaginales abiertos…Me hice una paja en el baño y acabé sobre la tela de una de esas tangas diminutas. Mientras me hice la película que alguna vez yo me cogería a esa perra mientras usaba ...

... esa tanga…Un rato después finalmente llegó Ernesto; pero para entonces, yo ya me había guardado esa tanga sucia para llevármela como recuerdo de su madre…Por la tarde estábamos ambos en la esquina, conversando con Jaime, cuando Angélica apareció. Venía del gimnasio; vistiendo unas calzas ajustadísimas, que dejaban ver con claridad los pliegues de sus labios vaginales. La verga se me puso muy dura.De repente, mientras ella se unía a nuestra conversación, Ernesto intentó trompear a Jaime, mientras lo insultaba a gritos. Intenté separarlos y Jaime se retiró gruñendo y amenazando a Ernesto.Llegamos a su casa y Angélica le dijo a mi amigo que ella misma hablaría con Jaime para que ellos se amigaran otra vez. Enseguida volvió a salir a la calle; vestida con las mismas calzas, pero ahora con sandalias de taco alto. Mi verga volvió a endurecerse cuando vi a esa mujer de espaldas, con las calzas bien metidas entre los cachetes de su tremendo culo. Era evidente que no llevaba tanga.Mientras trataba de calmar a Ernesto, me puse a imaginar a su madre reunida con Jaime. Seguramente ese turro le miraría el culo, le mostraría su verga bien dura y finalmente se la cogería…Pero no… no podía ser tan fácil; aunque solo pensarlo disparaba mi morbo hasta las nubes.Decidí que debía averiguar algo más. Dejé a Ernesto mirando televisión y crucé la calle, para dirigirme a la casa de Jaime.Ya frente a la puerta de su departamento, pegué mi oreja para tratar de escuchar lo que sucedía allí adentro.Jaime ...