1. Un pepino, mi padrastro y mi culo


    Fecha: 15/11/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Elegos, Fuente: CuentoRelatos

    ... paralizado, no sabía bien lo que había sucedido y me empezó a entrar vergüenza de la situación.
    
    Seguí llorando cuando se zafó y pensé que me abandonaba. Pero volvió a los poco minutos, me cogió en brazos y me llevó a la bañera. El agua estaba perfecta y empezó a bañarme con la esponja mientras las burbujas del hidromasaje me relajaban. Le pedí que se metiera conmigo, que necesitaba otro abrazo como el de antes. Me miro con condescendencia. Se desnudó y se metió conmigo. Me volví a abrazar a él y en cuanto noté su cuerpo cálido se me puso dura otra vez. Traté de acariciar su cuerpo, pero me inmovilizó las manos.
    
    —Yo no soy otra de tus conquistas —Me dijo mientras me miraba fijamente.
    
    —No, es solo que al abrazarte he notado una sensación que nunca había sentido. Eres mi padrastro y es horrible lo que quiero, pero lo quiero, te necesito…
    
    —Vale, no te preocupes. De tu madre ya me ocupo yo, pero de ahora en adelante vas a hacer todo lo que yo te diga. No quiero preguntas, no quiero protestas y no quiero tonterías.
    
    Y diciendo esto me dio un gran beso en la boca metiendo su poderosa lengua en mi boca y explorando toda la cavidad. Salió de la bañera y se secó, estaba empalmadísimo y la tenía casi tan grande como yo. Me hizo salir a mí y me secó con delicadeza. Me llevó a mi dormitorio y me acostó. Empezó a acariciarme con suavidad y exploró todo mi cuerpo con sus hábiles manos. Me dolía de lo dura que la tenía. Acto seguido empezó a besarme, primero en la boca, ...
    ... luego me lamió los pezones y fue bajando por mi vientre plano. No sé lo que hizo en el ombligo, pero mi polla empezó a chorrear. Se saltó la entrepierna y me lamió las piernas. Yo temblaba de la excitación. Fue subiendo la cabeza por entre mis piernas y yo me abrí como una vulgar fulana.
    
    Primero me lamió los huevos y luego se tragó entera mi verga. La chupaba de vicio, arriba y abajo, arriba y abajo. Su lengua se movía al mismo tiempo con rapidez sobre mi glande y succionaba bien fuerte. Dejó de chupármela y se dedicó a lamerme el ojete, mientras me pajeaba. Cuando su lengua se introdujo por mi ano me corrí. Las convulsiones fueron terribles, se me quedaron los ojos en blanco y todo.
    
    Dejó el beso negro y fue lamiéndome allí donde habían caído lefazos míos, finalizando en un gran beso. Yo estaba tumbado y él se puso de rodillas cerca de mi cabeza, su enorme polla estaba a solo unos centímetros de mi boca y me abalance sobre ella. Le pasé una mano por entre la entrepierna y empuje desde culo hacía mí para que me la metiese a tope. Me dejo hacer. Y yo se lo agradecí comiéndosela a conciencia, me entregué como no lo había hecho nunca, solo deseaba ver como aquella polla reventaba en mi boca. Tardó lo suyo, pero lo hizo, me inundó de un líquido caliente y espeso la garganta y la boca. Tragué con deleite cada gota que escupió aquella polla.
    
    Se tumbó a mi lado y nos besamos. Yo volvía a estar cachondo, y él lo sabía porque de acariciar mi abdomen había pasado a acariciar mis ...