Amor paulatino: Me enamoré y le entregué mi culo virgen
Fecha: 16/11/2019,
Categorías:
Transexuales
Autor: aritacariñosa, Fuente: SexoSinTabues
... mano y le volví a preguntar: "Chano, no voy a preguntarte más de dos veces. Contestarme por favor. ¿Me ves linda(o)?". Me asintió muy levemente con su cabeza. Su respuesta logró sacarme un gran suspiro, con mi corazón latiendo a mil. Mirándole muy fijamente a sus ojos y con mucha ternura, le dije: "Vos también sos muy lindo". Fue un evidente choque emocional para ambos. Más para él, que agachó su cabeza y no volvió a hablarme por el resto del día. Mi sexto sentido me decía que comenzó a fijarse en mi. Aunque, por un par de dias, Luciano esquivó mi presencia, evitando encontrarse a solas conmigo. Yo ya estaba contaminada de su sustancia, de su ser. No tenía dudas de que me gustaba tremendamente. En clases, mis miradas hacia él eran de fuego. Cada tanto cruzábamos nuestra vista de uno con el otro, pero siempre cedía él. Siempre se escapaba de mí. Días más tarde, en noviembre, todos salimos más temprano de clase. Yo me iba caminando sola a casa. Para ello, debía pasar por una plaza. Ahí lo vi, sentado en un cantero de cemento, observando a otros chicos haciendo sus rutinas de skate. Me acerqué muy sigilosamente, sin que se diera cuenta. Por detrás, lo saludé: "Hola Chano". Apenas se dió vuelta, casi sin mirarme, me respondió: "Hola". Me sentí totalmente rechazada, estuve dispuesta a cortar definitivamente nuestra amistad, le dije: "Está bien, sino querés hablar más conmigo, me voy". De inmediato me respondió: "No te vayas. Quedáte aquí, así vemos los chicos andando en ...
... patineta". Esa tarde/noche permanecimos viendo esos chicos en sus skateboards. El anhelaba tener una patineta para él. No se podía comprar la que él deseaba. A mi no me interesaba en absoluto el skate, sólo quería estar con él. Se hizo de noche cuando los chicos se fueron. Chano y yo quedamos sentados y sólos conversando en la plaza. Se secó mí boca de tanto platicar, por lo que saqué de mi cartuchera, un chupetin. Lógico que lo comencé a chupar delante de él. Lo hice desear: "¿Me convidás otro?", me pidió. No tenía, debimos conformarnos únicamente con el mío. De esa manera lo compartimos. Yo le daba en la boca hasta que me lo quitó. Me costó esfuerzo para que me lo devolviera, pero pude recuperar mi chupetin. Luego me volvió a pedir que le diera otra pitadita. Se lo negué esbozando una sonrisa muy burlona. "Dale, convidame. ¡No seas mala(o)!", me insistia. Me lo quiso arrebatar de mi boca, por eso me paré. Él se paró también, y yo comencé a correr por el césped. El decidió seguirme corriendo también, hasta que me alcanzó por detrás. Entonces llevé el chupetin con mis dos manos hasta mi vientre para que no me lo sacara. Él me rodeó con sus brazos por detrás, tratándo de sustraerme nuevamente el chupetin. Como me agachaba para que no me lo quitara, su pelvis y mi colita comenzaron a pegarse bien juntitas y a hacer un juego muy sexi. La excusa era el chupetin, pero comencé a disfrutar del roce de su bulto en mi culo. Nos reíamos, nos rozábamos y disfrutábamos. Los movimientos de su ...