Mi Jefa realmente me sorprende - Relatos Eróticos

Mi Jefa realmente me sorprende

Esa mañana estaba trabajando en mi oficina. Parecía que iba a ser una jornada rutinaria; sin nada que saliera de su carril; pero además, pintaba que sería bastante aburrida…De repente, cerca del mediodía, apareció en la pantalla de mi computadora un mensaje de mi amiga Camila:Preguntaba cómo estaba su “perra caliente”…Hacía tiempo que usábamos ese tipo de lenguaje entre nosotras; especialmente cuando estábamos en horario de trabajo y sabíamos que eso podía darnos un poco de alivio y relajación a la rutina diaria…Como siempre; esas primeras palabras provocaron en mí una cierta excitación, que se tradujo en una leve sensación de humedad en mi vagina…Enseguida le contesté que me encontraba caliente; desesperada por la lengua de una mujer que me sacara la calentura…Todo empezó así, con bastante suavidad; pero el intercambio de mensajes continuó levantando temperatura en forma proporcional a nuestra excitación y calentura.En un momento dado Camila me pidió que me masturbase; para que ella pudiera escucharme por el micrófono. A pesar de la calentura que me invadía, le recordé que mi Jefa estaba en el despacho contiguo y que a ella no le gustaría sorprenderme masturbándome en mi propio escritorio. Era una mujer heterosexual y demasiado conservadora; yo no quería que me viera o me oyera haciendo esas chanchadas...Pero Camila insistió tanto que decidí arriesgarme y complacerla.Verifiqué que la puerta del despacho de mi Jefa estuviera bien cerrada a mis espaldas. Ese día me había ...

... vestido con jeans de cintura baja y una remera de algodón, sin corpiño y con una pequeñísima tanga de color negro. Me desabroché el pantalón e introduje mi mano derecha dentro de la tanga, pero al estar sentada en esa silla, la posición no era muy cómoda.Para que Camila escuchara mis jadeos y gemidos me acerqué un poco al micrófono, pero para ello tuve que ponerme de pie e inclinarme hacia adelante, dejando mi cola bien parada.Comencé a meterme un par de dedos en mi concha, acariciando el clítoris y sintiendo la humedad que iba en aumento. Estaba muy caliente y los gemidos que le susurraba en el micrófono a mi amiga también la estaban excitando a ella mucho.Estaba muy concentrada en mi placer, pero de pronto una mano desconocida me sujetó por la cintura y otra se introdujo en mi pantalón, ocupando el lugar de mi propia mano en mi concha.En el mismo instante sentí un perfume dulzón inconfundible y una pelvis contra mi culo, que me empujaba hacia adelante y me aprisionaba contra la mesa. Dejé escapar una exclamación de sorpresa, mientras mi Jefa me lamía una oreja y susurraba a mi oído que no hiciera ruido; para que mi amiga al otro lado no notara lo que me estaba haciendo allí.Me dejé llevar; pero en mi cabeza se formó un torbellino de pensamientos; jamás habría sospechado que, esa mujer tan seria, conservadora y poco amigable conmigo, pudiera ahora estar acariciando mis labios vaginales…Me encontraba tremendamente excitada; me daba un poco de vergüenza que mi Jefa me hubiese ...