1. Mi macho Dobby


    Fecha: 18/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: iccs, Fuente: SexoSinTabues

    Comenzaré hablando de mí, a mediados de mis 20 años, mido un metro cincuenta, peso 60 kilos, mi cabello es castaño; mi trasero es pequeño, pero bonito, mis pechos son copa C. Dobby es un perro mestizo, de aproximadamente 7 años. Yo tenía unos 20 años cuando lo encontré, él debió tener unos dos, tal vez tres años. Él llegó a mi vida un día cualquiera, estaba flaco y tenía una patita lastimada. Mi mamá y yo lo adoptamos y lo ayudamos a recuperarse, y ya nunca más se fue de la casa. Mi mamá y yo vivíamos solas con mi abuela, su mamá, hasta que mi abuela falleció, hace no mucho. Por lo que Dobby fue una agradable inclusión a nuestra casa, ya que nos hacía compañía e intimidaba un poco a quien se pudiera querer meter a robar. La zona donde vivimos es más o menos rural, más o menos cuando recibimos a Dobby yo estudiaba la universidad en una ciudad cercana a mi pueblo. Desde que empecé a tener relaciones sexuales he disfrutado mucho del sexo con mis parejas, y un par de chicos con los que me he acostado mientras he sido soltera. Pero un par de años después de tener a Dobby, y yo estando como en el tercer año de la carrera mi relación amorosa de aquel entonces empezó a deteriorarse, hasta que terminamos. Eso me causo una depresión que hizo que bajara mi rendimiento en la escuela e incluso que bajara de peso. Fue cuando empecé a salir de la depresión que empecé a sentir la necesidad de sexo, extrañé mucho a mi ex porque lo hacía muy bien, pero ya no contaba con él. Al principio ...
    ... calmaba mis ganas masturbándome, leyendo relatos o con las fotos que tuviera disponibles, pero poco a poco dejaron de ser suficientes, necesitaba un hombre. Lamentablemente ninguno de mis “amigos especiales” estaba disponible, era temporada final de semestre, así que estaba sola, sacando la escuela y lidiando con mi calentura. Entre las páginas de relatos que usaba para mis sesiones masturbatorias empecé a encontrar foros y relatos sobre zoofilia, y eventualmente videos también. No era un concepto nada nuevo para mí, viviendo en una zona semi-rural, escuchaba a veces a los chicos hablando de sexo con burras o hasta gallinas, lo cual no me daba asco, pero tampoco me llamaba la atención. Leí muchos relatos interesantes, hasta instructivos, de mujeres teniendo relaciones con sus perros. Poco a poco empecé a leer más relatos y más foros, hasta que empecé a masturbarme leyéndolos. Hasta ese momento no se me había ocurrido nada con mi propio Dobby. Pasaron los días y yo me encerraba por las noches a masturbarme leyendo estos relatos en mi cuarto. No fue sino hasta unos tres o cuatro días después que esta obsesión comenzó a causar que tuviera sueños sobre eso; de mí teniendo sexo con perros, algunas veces con Dobby. Esto hizo que poco a poco empezara a ver de forma diferente a mi perro; pensaba si sería yo capaz de soportar sus aproximadamente 25 kilos, el tamaño de su pene y si su bola sería tan grande como para “abotonarme”, como leía en internet. Todos estos pensamientos me estaban ...
«123»