1. Me indujeron a ser esclava (II)


    Fecha: 18/11/2019, Categorías: Infidelidad Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos

    ... su antojo. Además de ser humillante sentir que te penetran el culo, al menos para mí. Fue tal la presión que mi agujero término cediendo y tragando todo. Se cerró al instante, para acomodarse al cuello de la base.
    
    Yo a todas estas, para concentrarme en el trato al que era sometido mi culo, deje de mamar el güebo del desconocido, pero aún estaba todo su miembro dentro de mi boca, la cual mantenía abierta. El desconocido me dio una fuerte cachetada –Sigue la felación, mamagüebo, quiero placer. –me dijo. Accedí a su orden, y me puse manos a la obra, succionando con bastante fuerza ese rico trozo de carne. –Aaaahhhh wow, esta perra tiene un don natural para mamar güebos, aaahhh así puta, chúpalo duro, me gusta, aaaahhhh así cerda, así…dios, se me meterá el pantalón por el culo de lo duro que me lo chupa la puta esta jajajajaja –dijo entre gemidos y carcajadas. Yo continuaba la succión, estaba entregada a su placer. En eso sentí como el verdugo metía su güebo en mi cuca de golpe, sentí que en mis nalgas se estrelló su vientre, para luego separarse y volver a repetir el estrellón, y así sucesivamente, sonando el típico "plap, plap, plap" en cada embestida.
    
    En ese momento el desconocido tomo mi cabello, formando dos coletas a los lados de mi cabeza, y al igual que hacia el verdugo con mi concha, el comenzó un mete y saca frenético en mi boca, haciendo que mi rostro se estrellara contra su vientre. Se acompasaron el uno con el otro, para hacer el famoso "serrucho" conmigo. ...
    ... Yo estaba súper excitada, me gustaba esto, me fascinaba este trato, este polvazo que estaba recibiendo en ese momento.
    
    El desconocido cada vez jalaba más duro de mis cabellos, lo que junto con la frenética penetración vaginal, y bucal, hizo que se me saltaran algunas lágrimas. Luego de un rato en esa posición, el verdugo me dejo de penetrar, y el desconocido soltó mis cabellos diciéndome –Puta, sígueme, no te conviene que mi verga salga de tu boca. –orden la cual obedecí, siguiéndolo inclinada hacia delante, con su trozo de carne en mi boca. Me esforcé para que no saliera de mi boca, y afortunadamente no salió. Me hizo agacharme, cerca de una de las paredes del galpón, y con una fuerte embestida de su pelvis, estrello mi cabeza fuertemente contra dicha pared, y con sus manos me la sostuvo allí. Saco su miembro y de nuevo volvió a empalar mi boca fuertemente. En eso llego el verdugo, colocándose a su lado, y metió su verga en mi boca también.
    
    Allí estaba yo, medio atontada por el golpe, con la calentura a millón por todo lo que me estaban haciendo, y haciendo una doble mamada simultánea. Metieron sus vergas lo más que pudieron en mi boca, hasta casi ahogarme, aunque yo hacía lo más posible por mover mi lengua para darles placer. Justo en ese momento, sentí como ambos al mismo tiempo y para mi sorpresa, comenzaron a soltar un líquido casi en mi garganta, provocando que me ahogara. Al saborearlo bien, era orina, ambos me estaban orinando en la garganta. Poco a poco fueron ...
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