Me cogí a mi tía y a sus dos hijas las desvirgué
Fecha: 20/11/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: roberto orduna, Fuente: CuentoRelatos
Mi tía Stella era una leyenda en mi casa cada tanto mi madre la nombraba como una chica que se hizo cargo de media familia, allá en el campo crio a su hermana siendo ella una adolescente, en el límite con la pampa y Provincia de Buenos Aires. Mi madre dejo de verla el día que se marchó con su madre, Stella quedo en ese pueblo, luego se casó y criaba 2 hijastras de su actual marido, yo siempre imagine que mi tía Stella tendría la misma edad de mi madre o sea cercana a 45.
Aclaración valida yo tenía 23 años y bien dotado y mi vida se iba completando de encuentros con mujeres casi siempre mayores que yo (ver relatos anteriores) y por ello había desarrollado una experiencia y actitud sexual de mis maduras maestras bastante abierto, agresivo no se muy activo para chicas de mi misma edad, que por lo general me esquivaban.
Fuimos a visitar a la famosa tía Stella en su pueblo para carnavales, un viaje largo, vale aclarar que pensaba que me iba aburrir como un hongo.
Llegamos al pueblo que muy pequeño era y no detuvimos casi en la esquina de enfrente en la estación de trenes, claro, la casa era donde vivió mi mama era grande, de piezas grandes y hasta al final una escalera de hierro toda oxidada llevaba a un altillo húmedo y descascarado.
Llegamos y una mujer de unos 35 aproximadamente sale a recibirnos, rubia alta, muy linda, su cuerpo era esbelto tenía un vestido blanco que delineaba el contraluz una cintura perfecta y un par de tetas medianas; mi madre sale del auto y ...
... la abraza fuerte y dice su nombre “¡Stelita!! Cuantos años…” y yo dentro del auto miraba la escena con una sonrisa de compromiso y decía “Stelita… que linda que estas”.
Baje mi madre nos presenta, ella me mira y dice:
—guauuuu ¡que hombrecito trajiste!!
Me abraza y me besa…. Y yo ya adiestrado por mujeres grandes, cuando me besa le busco la boca y la tomo de la cadera con mi mano y la atraigo suavemente a mi cuerpo apretándola mi sexo contra el suyo, y ella se dio cuenta, la suelto y me mira a los ojos como confundida y le dice:
—tu hijo es un hombre —y sonríe.
—Viste —le dice mi madre.
Ella nos dice:
—entremos que te presento a mi familia —llevándome del cuello y yo no solté su cintura.
Su familia se componía de su esposo 55 años, que vivía más en el campo donde trabajaba que ahí lo vi el primer día se fue y tenía dos hijastras Irene 19 morochita simpática, tímida, de tez oscura una carita hermosa muy linda, tetitas pequeñas y un cuerpo en ebullición y Sara 21 era más alta castaño oscuro su pelo lacio y su cuerpo era muy flaca poca formas pero todo en su lugar y con una actitud más seria y avasallante parecía, en síntesis la hijastras eran muy bonitas pero yo no les puse interés sabiendo que no llegaría a buen puerto con mis pares de edad.
Mis ojos estaban más puestos en Stella y ella mostraba señales, su cambio de ropa dejando ver su cuerpo… y sus ojazos no paraban de mirarme. Ella estaba atenta a ver cómo era mi relación con sus hijastras… repito ...