Reconociendo a mi hija - Relatos Eróticos

Reconociendo a mi hija

... papito! Y me besó la boca, fue un besito pequeño, pero sus labios me marcaron. Desde un tiempo que nuestra relación era muy de piel. La tomé y la hice sentar en mis piernas, la abracé y comencé a darle muchos besitos y ella sonreía tiernamente, en la frente, sus ojos, nariz, mejillas, su cuello, su boquita y repetía. Mis manos en su cintura la apretaban y daba risitas de esas melodiosas, seguí haciéndolo hasta que moví mis manos y empecé a sobarle los muslos y los besos eran más lentos. Comenzaba a sentir una erección y me detuve. Ella me miró complacida, le sonreí y nos preparamos para ella ir al colegio y yo al trabajo. Creí que ella llevaba la ventaja, que había hecho algo como esto antes o con otro hombre y me sentí muy celoso. Cuando descansaba la mano, lo hacía poniéndola sobre sus piernas y ella ponía su mano encima de la mía. Dormíamos juntos muchas veces, y yo la abrazaba desde atrás, a veces tocaba sus tetitas que estaban creciendo y jugaba con sus pezones haciéndole cosquillas, y le besaba su cuello. A veces era ella quien me besaba y acariciaba mi abdomen bajo. De pronto ya no se sentía como algo anormal. A veces despertaba con una erección y ella me masturbaba y yo llevaba mi mano a su conchita y le hacía ...

... lo mismo a ella. Un día no pude más y le metí un dedo, después otro, y sus gemidos, esos gemidos me volvían loco. Veíamos películas, y ya no eran románticas o de dibujos animados o comedias, eran muy sexuales y siempre terminaba empinado. Fernandita tenía un gusto terrible de películas que tenían mucho sexo, jugaba a algo que yo era reacio pero era inevitable. Para navidad de ese año lo hicimos, la penetré después de que tomara mucho alcohol y ella gemia, creo que acabó unas tres veces seguidas, yo estaba en las nubes. En la mañana siguiente hablamos, la culpa me invadía y le pregunté si lo había hecho antes. - Sí, papito. - Con quién lo hiciste la primera vez? - Con un tío - Qué tío? Antonia era hija única - Era amigo de mi abuelo - Qué edad tenía él, hija? - Mmm creo que unos 47 - Hija, yo tengo más de 47 - Jijiji debe ser por eso que me gustas papito… - Hija… - Papá, no te enojes! - Qué hacías con él?! - Pues… Veíamos a mi abuelo coger con la hija de él, entonces él también me manoseaba la conchita, hasta que un día me folló mientras mi abuelo follaba a su hija. - Hija! Entonces sentí culpa, mucha culpa! Toda esa perversión, mi hijita… pero ella me volvía tan loco de deseo, de la culpa tenía ganas de follarla de nuevo.