1. Pancho el perro macho


    Fecha: 25/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: thedog2015, Fuente: SexoSinTabues

    Desde muy pequeño tenía la curiosidad por los penes de los perros. Cada que había oportunidad y nadie me viera jugaba con eso que tanto me encantaba de los animalitos. Hasta el día de hoy aprovecho la oportunidad para poder “juguetear” con alguno para ser su perra y sentirme preñado. Les contare algunas de tantas experiencias que he disfrutado siendo la hembra de un macho canino. Como muchos de nosotros, tenemos mascotas en casa, más aun si vives en zonas rurales como es mi caso, cercana a la vegetación con lugares propicios para hacer una que otras cosillas. Siempre veía a las perras cuando estaban en celo quedar pegadas y rodeadas de muchos machos que peleaban por ensartarlas. A lo largo de mi vida he tenido muchos perros: hembras y machos por igual, cuando una entraba en celo veía morbosamente como los perros intentaban atinarle a su vaginita, disfrutaba imaginándome siendo la perra. Había uno de mis perros al cual ya había logrado masajeársela, yo disfrutaba de ello, se la pelaba para verle su verga y sin querer descubrí como hacer que se le hinchara, note que los perros son similares a los hombres, la tienen de diferentes tamaños. Este perro era uno mestizo de estatura media, se llamaba Pancho, era robustito, con unos testículos grandes, la tenía algo corta a comparación de otros perros que tuve después, ah pero como se le hinchaba, gruesecita y con una textura rugosa. Y era un perro vago, saber a cuantas perras se ensarto ese can. Hasta que hubo una ocasión, ...
    ... aprovechándome de la oscuridad nocturna y lo solitario de mis rumbos que aproveche de la corrida de una de mis perritas. La lleve entre los matorrales y como era de esperarse los machos la iban siguiendo, talvez seguían a la hembra o ya sabían mis intenciones, y como en todos los casos hay un macho dominante que al cual la perra le deja montarle el que casualmente era de mi propiedad: Pancho, pero como nunca había hecho algo más intenso con él, aproveche del celo para que me la metiera. Estando los perros y yo, me quite la ropa, dejándome solo la playera puesta. No dejaba que el macho montara a la hembra, no dejaría que arruinara la ocasión. Me puse de a cuatro y encime a la perra en mi espalda. El perro como que no quería, después se animó y creyéndose que se ensartaría a la perra comenzó a darme puntaditas con su riata pues la vagina de la perra quedaba fuera de su alcance, el perro me daba punzaditas pero no le atinaba a mi culito, ay que rico se sentía, me daba un placer fenomenal, esa sensación mezclada con lujuria mezclada con el miedo de quizás ser descubierto y del solo hecho de hacer algo antinatural. Sabía de antemano que habría que ayudarle a Pancho, pero lo deje que lo hiciera por si solito, quería que siguiera siendo el macho dominante. Lo intento como unas tres veces, lo deje descansar, mientras le lamia su agujerito a la perra pero como olfateaba el olor de su verga emanando de mí me pegaba unos lengüetazos bien sabrosos. Ya después lo monte arriba de mí y de la perra, lo ...
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