El castigo
Fecha: 25/11/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: NenaJoven, Fuente: SexoSinTabues
... mundo. De forma súbita me levanto, lo veo en tu rostro no te agrada lo que acabo de hacer. Me acerco a tu oído "tengo una sorpresita" me acercó a la cómoda para tomar un pequeño consolador anal "Siempre he querido intentarlo" mi sonrisa y lo colorado de mis pómulos indican que estoy perdiendo los papeles Te estás dando un auténtico banquete, disfrutando de mi deliciosa rajita. Es deliciosa, jugosa y. "¡Eh! ¡No te levantes!" Tu cara de enojo es clara. Cuando te digo lo de la sorpresita la intriga te invade. Segundos después saco el consolador y te dejo descolocado. "P-peero. mi vida. no puedo jugar contigo con eso, tengo mis manos atadas. Poo por que eso es para ti, ¿verdad? ¿verdaaad?" Tengo una sonrisa lobuna en la cara y me acerco muy despacito. Tu polla esta dura como una roca, mirando al techo, amenazante. "Vas a darme un espectáculo de cómo lo usas en tu cuerpecito, ¿verdad?" "No es muy grande. Aunque debo lubricarlo primero. Y no. No es para mí" me acerco a tu rostro mostrándote mi rajita. Dejo ir el consolador para que se lubrique como es debido. Todo cerquita de ti pero sin poder tocar, ese es el peor de los castigos para alguien como tú que difícilmente me quita las manos de encima. Tienes mi rajita tan cerca que si sacas tu lengua y te estiras un poco…. No. No alcanzas. La perfecta visión de mi coño, mi magnifico olor, mi proximidad y mis roces, te están Matando. Literalmente. Fuerzas tus brazos para soltarte, pero las esposas son buenas, Por fortuna para mí, ...
... porque de lo contrario, la follada seria épica. Me acerco nuevamente a tu polla y me coloco entre tus piernas para que no las vayas a cerrar, primero te pajeo suavemente y me detengo en medio de tu placer. Saco el consolador ya muy empapado por mis flujos y lo acerco a tu anito, mi sonrisa lobuna no se hace esperar al ver tu cara de sorpresa Mi suave masturbación calma tus nervios, pero mis palabras lo acrecientan. Me he colocado muy ágilmente entre tus piernas, impidiéndote cerrarlas. Ves el consolador en mis manos y lo estoy lubricando. “Enga niña, como broma, está muy bien. Jajajajajaja. Ya nos hemos divertido. Ahora, suéltame, o cabálgame anda” Mi sonrisa no te inspira nada bueno. Mi sonrisa esta acompaña de una sonora carcajada "¿a qué le temes?" pregunto en tono coqueto "será solo. la puntita" continuo riéndome mientras lubrico un poco más con mis juguitos, luego de eso pienso torturarte un poco más, tratas de zafarte pero es complicado. Y comienzo a pasear el consolador por tu zona anal sin intenciones de meterlo ¿o quizás sí? “venga, vale. Lo comprendo. Yo desvirgue tu tierno culito y ahora tú quieres hacer lo mismo conmigo. De acuerdo. Pero recuerda que yo fui muy suave, tierno y amoroso ¿vale?” Me pones tu mejor cara de niño bueno, pero la verdad es que una parte de ti, quiere experimentar esa nueva sensación. En tu mente aparece una imagen de un juguetito que viste en una peli, un consolador doble, con dos “penes”, mirando en direcciones opuestas, donde la chica se ...