1. Los limoneros II


    Fecha: 12/09/2017, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... seguir con los impuestos, no tenía algo que decir u opinar, solo escucharles a ellos y después de un café, que nos sirvieron en aquella sala, y dos horas de escucharles valorar distintas opciones, dieron por concluida la reunión. -Ahora todo queda en tus manos Alberto, Cristian tiene prisas para volver a su trabajo. -mi tío y Roberto empezaron a hablar de otros temas y Alberto a recoger el papel desperdigado sobre la gran mesa. -No serás mudo no te he escuchado en toda la mañana. -le sonreí en una silenciosa disculpa. -Vosotros sois los que sabéis de estas cosas y yo confío en mi tío y vuestro bufete. -Procuraré no entretenerte demasiado, mañana pasaré por tu casa con algún técnico para hacer el inventario, y prometo no molestarte más de lo preciso. -pensé que estaba de alguna forma molesto por mi forma de ser, o que se yo. -Estoy a tu disposición, mirarás por mis intereses y no me conviene que te enfades. -realmente y fijándose él resultaba interesante, de rasgos aristocráticos y vestido como un profesor arruinado. Y por fin llegué a los brazos de Miranda mi tía, realmente mi tío era Luis, el único hermano de mi padre y ella era su mujer, no tenían hijos y yo, por parte de Luis, su único pariente y sobrino, se podría decir que ellos me sentían como si fuera su hijo. Me llevaron a comer fuera de casa, y lo prefería para entretenerme mirando al resto de la gente y no tener que responder a sus numerosas preguntas. Luego me llevaron de vuelta a mi casa, la tía entró para ...
    ... simplemente saludar a Matilde y al fin quedé solo. No había rastro de Raúl pero se notaba el ambiente más templado, luego en la cena me diría la señora que Raúl había estado toda la tarde trabajando. Me levantaba contento sin saber el motivo, mi estado de ánimo había mejorado respecto del primer día, quizá fuera de que había podido dormir evitando los recuerdos, el joven abogado Alberto vendría esta mañana a trabajar y realizar la valoración de muebles, cuadros y objetos de cierto valor de la casa para presentar en la declaración al fisco. Desayuné y me puse una ropa cómoda. Alberto llegó a media mañana acompañado de dos tasadores. Tuve que buscar la contraseña de la caja de caudales, pensando en el desastre que sería si papá hubiera cambiado el lugar donde la guardaba y que yo conocía. Ver las joyas de mamá supuso un golpe muy fuerte al recordarme momentos de su vida cuando las lucía para acudir a alguna fiesta. Alberto, he de reconocerlo, me gustaba, como se movía dominando el intrincado y complejo mundo de la valoración y sus certeras preguntas cuando algo no resultaba del valor que imaginaba. Se retiraron a la hora de comer y no quisieron quedarse a degustar la comida de Matilde, ellos se lo perdieron. En esta labor empleamos tres días, no pensaba que fuera tan complejo aunque yo resultaba un mero espectador al que Alberto preguntaba por cortesía algunos temas, los seguía para ayudarles a descolgar algunos cuadros que necesitaban inspeccionar más de cerca. Sabía que Raúl venía a ...
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