1. El pana de la moto II


    Fecha: 12/09/2017, Categorías: Gays Autor: mikepicaro, Fuente: SexoSinTabues

    Lo cierto que esa tarde me quedé con ganas de todo. Angelo se fue, y yo solo alcance a una fugaz paja, mientras me duchaba una hora después, habiendo pasado una especie de resaca moral por no haber terminado la tarea. ¡Y es que lo tuve ahí! pero que coño. Algo se hizo, a estas alturas lamentarse estaba de más. Así transcurrieron los días, y no tuve más noticia del pana. Le dejé uno que otro mensaje de texto saludando, pero sin respuesta. También llegué a llamarlo, un par de veces y solo respondió una vez, aduciendo que estaba muy ocupado y que llamaba luego. Pasadas 2 semanas ya ni caía la llamada. Y por supuesto desistí. Así pasa, unas se dan otras no, pero la balanza parecía estar mas del lado de negativo últimamente. Te queda esa sensación como si tus mejores momentos ya pasaron. Así pasaron los meses y el pana de la moto pasó a engrosar las filas del anecdotario, o la menos lo parecía. Cuando una tarde de sábado, yo llegaba de hacer unas compras. Mientras esperaba que se abriera el portón de estacionamiento,alguien golpea levemente en la ventana del vehículo. Fue leve, pero lo suficiente como para sobresaltarme. >> ¡coño me robaron!… pensé Y era él, ahí estaba parado, del susto a la alegría en cuestión de segundos, pero lo disimulé. no se le veía tan vivaz y fresco como le recordaba, más bien se lo notaba serio y melancólico. Estaba distinto, definitivamente. Lo reconocí inmediatamente por la mirada, y quizás porque en el fondo siempre no perdí la esperanza de volver a ...
    ... verlo. Lo recordaba más bronceado, menos delgado y ahora llevaba el cabello casi rapado. Vestía unos jeans, una camiseta blanca y zapatos deportivos azules. Tenía una bolsa de papel con dos panes que sobresalían de ella. Entonces bajé el vidrio. >> ¿cómo estás? Pájaro de mar por tierra. Casi no te reconozco. Angelo: Habría querido venir antes, pero no pude pana. ¿Podemos hablar? Las cosas se habían precipitado al comienzo, y ahora era más un extraño que nunca, pero la prudencia no será una virtud en mi a resaltar, nunca. Y menos cuando afloran sentimientos e instintos de mi propio ser. A pesar que algo me decía que no. Le pedí que se montara en el carro para entrar y hablar en el estacionamiento. Luego adentro, cambié de parecer y subimos al apartamento. >> Te apetece tomar algo Angelo: Agua, aunque no debería. La vez pasada me llevé más de lo que pedí. Y sonrió. Mostró nuevamente sus aparatos,ahora con ligas azules, así era mas reconosible. >> y donde andabas metido? Angelo: La verdad no me había ido muy bien que digamos. Me robaron la moto, en eso me dieron una coñaza y un pepazo en la pierna por hacerme el valiente. Y aquí ser valiente no es un buen negocio. Estuve en el Perez Carreño (Hospital público) sin conciencia la menos una semana. Cuando salí, me encontré con que mi jeva se había ido con el pran del barrio. Y mi tio me corrió de la casa para no tener líos con el tipo, pero lo cierto es que no quería una carga, un inútil que mantener. Por no querer ayudarme, así de ...
«1234»