1. El pana de la moto II


    Fecha: 12/09/2017, Categorías: Gays Autor: mikepicaro, Fuente: SexoSinTabues

    ... sencillo. eso es todo el cuento. >> Chamo que peo, la estas pasando mal A estas alturas mi motivación inicial había decaído un pelo, pensando “este pana me va pedir que lo ayude” y no es que sea coño e madre, pero es que tampoco estoy pueto por el gobierno… no se, ustedes entenderán. Angelo: La estaba. Ya tengo tengo trabajo, en una ferretería. Estoy viviendo en una pensión por el centro, no es la gran cosa, pero es tranquila y la dueña se ha portado muy bien conmigo. y pelo a pelo las vainas se van emparejando >> En ese caso me alegro. Y eso, que viniste? Angelo: Estoy trabajando en la ferretería Don Manolo. >> . Si la que está aquí cerca Angelo: Iba al metro. >> Pero creo que agarraste el camino más largo Angelo: En realidad van varías veces que lo tomo, sólo recordaba que vivías en una de estas residencias, pero más nada. No se, no me preguntes, quería hablar contigo. La verdad yo también y no era solo hablar lo que quería. La vez pasada había sido cosa más del momento. Esta vez no había margen de error. Así que mi mente se activó. Yo debía estar en modo combate, pero mas bien me bloquee. Por más que mi mente buscó la manera, siempre resultó en una conversación de amigos. Incluso en un momento que me acerqué, sutilmente se alejó y comenzó a hablar de una caraja de la pensión que le gustaba, que estaba bien buena y cosas por el estilo. En principio me había preocupado porque pensé que estaba en pasando por un mal momento y venía por ayuda. Pero ahora me alegraba porque era ...
    ... alguien que estaba superando sus problemas. Aunque me desconcertaba pensar a que había venido realmente. Angelo: Bueno caballero fue un verdadero placer hablar con usted, me hacía falta, me das buena vibra, pero ya debo irme Me acerqué, hasta tenerlo muy poca distancia. Como para besarle. Angelo: No ando en esas papa. Así que no >> Disculpa, pero es que. Angelo: Tranquilo, no pasa nada. Baja para que me abras la puerta porfa. Ese fue el momento del todo o nada, deyavú. Si darle tiempo a reaccionar, tenía que besarlo, pero no pude. Me quedé parado con cara de tonto, no hice nada. Angelo se dió vuelta y caminó hacia la puerta. Tomé las llaves y el se puso a un lado para que abriera. Al momento que estoy metiendo la llave en la cerradura de la reja. Angelo: Sabes una cosa… es mentira. >> ¿Que cosa? Angelo: Lo de la chama de la pensión… >> No entiendo… de que hablas Angelo: Al ingeniero se lo olvidaron los calculos… Pocas veces soy tan caído de la mata, pero esta vez fui yo quien no tuvo chance a reacción, cuando se abalanza sobre mi. Y me regala un beso, algo tosco, pero que me hizo subir la tensión repentinamente. Lo separé para poder cerrar la puerta. Angelo: La verdad es que no he podido sacarte de mi cabez. >> Callate… no es momento de hablar Y nuestros labios se volvieron a juntar, esta vez con pasión, con arrebato, pero también con sutileza. Fue un beso enorme, largo, con pocas pausas, al tiempo que nos abrazamos, nos movíamos y nos desvestíamos, parecía una danza. Tal fue ...