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El Autolavado
Fecha: 29/11/2019, Categorías: Gays Autor: Zaratustra, Fuente: CuentoRelatos
Lo conocí en un auto lavado mientras esperaba a que lavaran mi coche. Estaba leyendo no sé qué mugre sobre la corrupta familia presidencial mexicana cuando se me apareció muy galán con sus jeans roídos y su camiseta sucia de tirantes. Mi primera reacción fue verlo detenidamente, escanearlo de arriba a abajo deteniéndome en el bulto medio, qué buen paquetote, me dije. Mugroso, sudado con sus naturales músculos marcados, sus atractivos bíceps, su cabellera un poco rubia sucia y desordenada. Inmediatamente llamó mi atención y yo llamé la suya. Es sólo cuestión de que yo quiera para llevarme este semental a mi casa y follarmelo a placer. No sé, como que llevarme a casa a un total desconocido no se me hace lo más prudente, sobre todo en México. En fin, cavilo mis opciones mientras lo sigo observando a ratos esporádicos, tampoco quiero ser tan obvia. Lo estoy asustando, no sé por qué los hombres se sienten tan intimidados a mí una vez que ven mis ojos, se supondría que tener unos ojos hermosos sería una ventaja, no en mi caso, en demasiadas ocasiones los varones se alejan de mí una vez que me les planto enfrente y los miro a los ojos. Afortunadamente este chico creo que está venciendo sus temores y comienza a acecharme como el buen macho latino que parece ser. Este chico me gusta pero debe darse prisa pues mi auto está casi listo, están terminando de secarlo y no falta mucho para que me lo entreguen. Caigo en la cuenta de que el chico no es un cliente al que le están ...
... lavando su coche, no, es parte del negocio, parece ser una familia mexicana grande, quizás varias familias entrelazadas de hermanos y primos compartiendo el mismo techo que es casa y negocio al mismo tiempo. Parece que es su día de asueto pero decide darle él mismo los últimos toques de perfección a mi auto. Ya sabe que ese Corolla gris es mío. Muy bien, se está esforzando en darle los últimos detalles a mi auto mientras observo miradas de entendimiento entre sus hermanos o primos o lo que sean de él. Ya se enteraron que me quiere a mí mientras yo finjo estar leyendo esta estúpida revista. Ja, si supieran todos estos que sé perfectamente lo que pasa y lo que trama el galán este. El galán se dirige hacia mí, sudado, fuerte, sus bíceps húmedos de sudor fresco, me incorporó, es hora de continuar el juego o de darlo por terminado antes de que empiece. Le voy a dar una oportunidad, me urge ya una buena cogida y encontrarme un amante de cabecera, no me han cogido bien desde que llegué a este país hace ya tres meses. Ya está tu coche, lo quieres ver? Le digo que sí aunque la verdad es que lo estoy viendo, ni que fuera ciega, pero entro al juego y permito que me muestre mi coche. Me señala un ligero raspón y me dice que puede arreglarlo para que no se vea tanto. Le digo que es muy amable y que sí, que arregle eso, pero la verdad es que no hay ningún raspón, lo único que hay es un chico bastante varonil que no me quita los ojos ni de mis piernas ni de mis pezones que comienzan ya a ...