Visitas inesperadas 1
Fecha: 30/11/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Eltodasmiaspro, Fuente: CuentoRelatos
... nosotros que se atrevió a saltar aplaudiendo mientras fingía cantar, evento normal y muy común en ese momento de la alabanza, no obstante tras hacerlo, fue inevitable que tanto nosotros como los dichosos que estaban sentados atrás, no viéramos aquella falda tan frágil y sensual levantarse en cada salto, provocando con ello que aquella fina braga estilo culotte con encaje se mostrara en varias ocasiones en todo su esplendor.
Ante tales escenas, mi madre tan buena como siempre, fue la primera que le avisó con discreción sobre el espectáculo que nos proporcionaba. Mi tía fingiendo sorpresa, se llevó las manos a su boca abierta mientras reía con picardía
A la siguiente melodía, la gente armó un tren de baile en el cual, tras pasar a su lado, mi tía aprovechó para entrar en él. De forma que quedó hasta atrás.
Mientras la gente cantaba y se movía, mi tía los imitaba, pero con una diferencia sustancial ¡sobreactuaba sus movimientos! Los exageraba tanto que era imposible no mirarla y excitarse por ello.
Por lo que aquel tren de baile de un momento a otro se llenó, pero ahora por participantes hombres. Aquellos que fueron obligados a asistir a la iglesia por sus mujeres; hombres por lo visto frustrados y necesitados de amor. En cuanto llegó la oleada, entre ellos se empujaban para situarse atrás de mi tía, pues eran muchos los que querían tocarla con la excusa de la danza, no obstante el ganador de todos no fue otro, sino el mismísimo pastor!! El cual estaba muy rojo, ...
... nervioso y muy expectante al cuerpo de mi tía. Y no era para menos, pues ella con sus movimientos tan sugerentes y sexys ocasionaba que cualquier hombre dudara de su integridad.
En cuanto volvió a llegar el tren hasta nuestro lugar, mi tía inesperadamente tomó a mi madre para situarla detrás de ella, de manera que ahora el pastor la tenía justo adelante. Hecho que aprovechó pues en varias ocasiones y con mucha discreción, alcanzó a rozar “accidentalmente” sus muslos tan tonificados y muy tentadores.
Por mi parte, ante tales escenas no me enfurecí ni sentí celos como otras ocasiones, ya que por un lado, quién la tocaba era mi guía espiritual, el cual de ningún modo lo pudo hacer con malas intenciones. Y por el otro, tras ver las expresiones de mi madre, unas de alegría en donde predominaban carcajadas, intuí que mi pastor sólo jugaba.
Sin embargo, de un momento a otro se dio por terminada la alabanza, de forma que todos los dichosos integrantes del trenecito regresaron a sus asientos. Tras volver nuestras madres, las vimos coloradas, con cierto sudor en su frente, el cual acentuaba sus hermosos y muy sobresalientes rostros maquillados, del resto. Con todo, mi tía parecía expresar una sonrisa bastante llamativa, una que manifestaba mucha picardía y deseo.
Durante el sermón y servicio nos percatamos de las constantes miradas que sin descanso se posaban sobre nuestras madres, sobre todo en las piernas de mi tía, pues ésas estaban flexionadas una sobre la otra dejando ...