Bajo la ducha tibia - Relatos Eróticos

Bajo la ducha tibia

... estaba a punto de acabar entre mis labios, me agarró del pelo y sacó esa magnífica verga de mi boca. Se acomodó en el sofá y me obligó a sentarme a horcajadas sobre él. Acarició mis suaves caderas y me empaló, haciéndome mover en círculos.De repente se rompió el silencio que había reinado hasta ese momento, salvando el de gemidos y susurros que podían haber hecho sonrojar a cualquiera.Me miró a los ojos, me besó en los labios y susurró a mi oído que quería acabar dentro de mi concha.No necesité más incentivo, esas palabras hicieron arder mis oídos y mi vagina me pareció que explotaba en llamas.Empecé a moverme rápido de arriba abajo mientras él pasaba de un pezón a otro, besándolos y mordiéndolos. Y entre esa furia terminamos los dos en un intenso orgasmo que hasta ahora yo había intentado controlar. Al sentir su deseo desesperado me dejé llevar y, al notar el calor de su semen abriéndose paso por mis paredes vaginales, metí una mano entre su cuerpo y el mío y empecé a acariciar en círculos mi clítoris inflamado.Entonces perdí el control de mi propio cuerpo, entre las pequeñas descargas de espasmos que me llegaban a través de su verga, el semen ardiente que invadía mi interior, sus dientes retorciendo mis pezones erectos y mis dedos que sabían perfectamente lo que mi cuerpo buscaba y necesitaba…Mi amante adivinó mis intenciones; entonces apartó mi mano y se dedicó a acariciar mi clítoris lo justo como para terminar el trabajo. Eché la espalda hacía detrás, cerré los ojos y mi boca se abrió de manera desencajada, aullando como una perra…Volví a caer sobre su pecho y allí me quedé quieta, sintiendo el placer que me provocaban mis temblores y mi humedad.Ahora estaba bajo esa ducha tibia, sintiendo que mi piel se enrojecía. Recordé cada detalle de esa tarde y entonces mis dedos descendieron por mi vientre al notar una humedad diferente.Ahí sola, rodeada de vapor y velas aromáticas, volví a disfrutar de un nuevo e intenso orgasmo; pero esta vez solo para mí...