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Yo de 35, mi estudiante de 14
Fecha: 08/12/2019, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues
Su nombre es Daniel pero en el liceo le dicen Danny o Danielito. Tiene 14 años y está en noveno grado, o lo que es lo mismo a tercer año. Si me siguen en ig @alfrestrada verán mi color de piel, bueno, él es más blanquito, no es totalmente flaquito sino que aunque no es gordo, tiene su cuerpito con carnita. Cabello liso con corte de mariquito. Todo comenzó cuando una vez estaba orinando algo lejos de la cancha y Danielito me estaba viendo a lo lejos. No lo vi nada raro, hasta le hice una seña con la cabeza, como saludándolo, pero el acontecimiento me dejó pensando que tal vez gustaba de mi. Porque yo ya sabía que era marico, se le notaba. Un día hice el mismo acto de orinar adrede y también se me quedaba viendo, luego en la cancha cuando hacíamos actividades se me acercaba diciéndome que se cansaba. —Pero si tus otros compañeros pueden, tú también, Daniel. —No, ellos son más fuertes que yo, igual que usted. — ¿Igual que yo? —Pregunté con curiosidad. —Sí, mírese esos brazotes que tiene. —Dijo viendo fijamente los brazos míos. — ¿Te gustan? —Pregunté con toda la seriedad del mundo, como si nada. —Bueno, ¿a quién no? —Me respondió y no supe qué decir. Dejé el acontecimiento morir ahí y le ordené que siguiera con los ejercicios. Otro día, sucedió algo parecido. — ¿Otra vez cansado y sin energía? —Sí profe, yo no tengo las piernas que tiene usted. — ¿Y eso qué? —Bueno, yo necesito tomar algo para tener fuerzas. Me fui demasiado y con lo caliente que me estaba poniendo, le ...
... pregunté: — ¿Leche? —Se quedó como asimilando lo que dije. —Bueno, sí. ¿Usted trajo? —Siempre la llevo conmigo. —Se rió. Al final todo quedó ahí pero ahora no dejaba de imaginármelo desnudo y como podía cogérmelo. Hasta que un día sucedió algo. En una de las actividades, se cayó y se raspó la rodilla. Fuimos al baño de profesores, el que casi nadie usa y le comencé a lavar la rodilla. Yo ni siquiera había pensando nada malo, pero él me encendió. — ¿Me quito el mono, profe? —El mono era como el pantalón de deporte. Acepté. — Si te sientes más cómodo así. Se lo comenzaba a quitar y ya yo sentía que estaba comenzando a erectarme. No sabía qué hacer para disimularlo. Comencé a secarle la rodilla y noté que también tenía una erección y no lo pude dejar pasar por alto. — ¿Lo tienes parado, Danielito? —Él se apenaba pero asintió. —Qué pena profe. —Tranquilo. Eso es normal. — ¿Si? —Claro, Dani. —Bueno, menos mal, porque yo ya me sentía culpable y todo. — ¿Culpable por qué? —Por las cosas que me imagino profe. — ¿Qué cosas? —No se vaya a asustar o algo profe. — ¿Por qué me asustaría? —Es que… No sé por qué pero no puedo dejar de verlo a usted, a su cuerpo pues. —Ahhh, pero eso es normal, Daniel. — ¿Sí, profe? — Claro, y, dime algo, ¿te gusta como se ve mi cuerpo? —Sí. — ¿Tengo los brazos grandes, cierto? —Sí, sí, sí. Y tiene cuadritos. — ¿Los quieres tocar? — ¿Y si viene alguien, profe? —No vale, tranquilo, aquí no entra nadie. Aunque si no quieres… —No, sí, sí quiero profe. —Toca lo que tú ...