1. D O Ñ A S O L E


    Fecha: 11/12/2019, Categorías: Hetero Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues

    ... santo suelo sin importarle un bledo cómo hubiese quedado; seguidamente fue desabrochando lo botones de la camisa, siguiendo la prenda el mismo destino antes deparado a la corbata… Cuando mi torso quedó desnudo de polvo y paja, me besó el pecho, poniendo en él ambas manos • Apenas tienes pelos en el pecho… Eres casi lampiño aquí… Así, más pareces un niño que un hombre… Sí; he reconocer que “pecho lobo” nunca he sido; cuatro pelillos en guerrilla es lo único que mi pecho, de siempre, han adornado, diseminados acá y allá por esa leve depresión que, sobre el estómago, separa los dos hemisferios pectorales, señoreado cada uno por la tetilla, atrofiada en todos los machos primates y diría que en los de no pocas especies más también… En fin, qué queréis, queridas/queridos, que lamento en el alma informaros que, servidor, de “sex simbol”, la verdad es que nada de nunca… Vamos que nunca fui, ni, mínimamente “musculitos”, y los gimnasios me causaban algo así como ictericia, “qué quirís que sus diga”… Servidor de Dios y ustedes, era un españolito normalito y corrientito de aquellos años de mísera post-guerra española… Uno de tantos a los que D. Antonio Machado cantara en aquél poema que, diría yo, fue el postrero que escribió, pues lo acabó semanas antes de que la muerte, por fin, se lo llevara, dejándole así descansar por finales de una guerra que le destrozó el alma, como a tantos otros españoles Ya hay un español que quiere Vivir y a vivir empieza Entre una España que muere Y ...
    ... otra España que bosteza ¡Españolito que vienes Al mundo, te guarde Dios, Una de las dos Españas, Te ha de helar el corazón! Bueno, y siguiendo con el relato, añadir que, tras quedar al aire mi “pecho lobo”, ella volvió a besarme, con la pasión propia en ella, salvaje, casi bestialmente, y yo dejé vía libre a su pasión desbordante, pues aunque yo prefería amarla, antes que nada, tampoco lo cortés demerita lo valiente. Así Sole, mientras se “comía”, casi literalmente, mi boquita de pitiminí, desabrochó el cinturón de mi pantalón, que se fue al suelo en un santiamén y mis calzoncillos, pues qué queréis, ídem de lienzo con el pantalón… Entonces, desnuditos los dos, sin encomendarme ni a Dios ni al Diablo, la empujé sobre la cama, en la misma posición en que se encontraba, un tanto, por no decir bastante, atravesada de lado a lado de la cama, solo que más bien apaisada. Me lancé sobre ella, buscando de nuevo sus maravillosos pechos, sus insuperables labios, pero ella, susurrándome al oído, me esquivó ambas acciones • No… No pierdas tiempo, cariño mío… ¡Estoy que ardo!. ¡Mojadita, mojadita!. ¡Me tienes a caldo, ladrón!. ¡Métemela!. , ¡Métemela ya…ya cariño!. Luego… Luego, mientras me follas, habrá tiempo para todo… Para comernos las bocas… Para que me comas las tetas… Y los pezones… Pero, por favor, métemela ya Y yo qué iba a hacer, sino lo que Sole me pedía… Ella, dese el principio empezó a moverse, como ella sabe hacerlo, imprimiendo al acto todo el salvajismo que en ella era ...
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