1. D O Ñ A S O L E


    Fecha: 11/12/2019, Categorías: Hetero Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues

    ... connatural, pero una vez más yo la contuve imponiéndole un ritmo lento, suave, dulce, tierno… Quería amarla no, simplemente, copular con ella, que es lo que ella buscaba… Y, una vez más, se quedó desarmada… Desconcertada… Sin saber qué hacer… Se quedó, pues, aturullada, quieta… Abandonada a lo que yo quisiera hacer… Fueron unos minutos que casi quedaron en el vacío, hasta que Sole empezó a cerrar los ojos… Y a suspirar… Y a gemir… Y a jadear… Bajo; muy, muy bajito… se había abrazado fuerte, muy fuerte a mí, atenazándome el cuello entre sus brazos, pero todavía más mis muslos, mi culete, entre sus piernas cruzadas en dulcísimo dogal • ¡Agg…aggg…aggg!. ¡Ayy…ayyy…ayyy!. ¡Me gusta, amor…me gusta!. ¡Qué dulce eres!. ¡Aggg…aggg…agggg!. Yo gozaba, disfrutaba como un enano… pero, juraría, que tampoco Sole se quedaba atrás. Yo no tenía gran experiencia con mujeres, por no decir que ninguna, pues, aparte algún escarceo que otro con, también, alguna que otra prostituta, no tantas, desde luego, pues lo cierto es que tal tipo de mujeres me daban, me dan, un tantico asco, sí pude ser consciente de que ella se había venido más de una vez y más de dos… Y me lo dijo • ¡Me he corrido, amor!. ¡Me he corrido; me he corrido más de una vez…y más de dos!…. ¡Y me estoy corriendo ahora mismo!. ¡Dios, Dios, Dios!…. ¡Y qué dichosa me estás haciendo!. ¡Sí; sí, mi vida…me estás haciendo muy, muy feliz!… ¡Muy, muy dichosa, mi amor!. ¡Sigue…sigue así, mi amor!… ¡Así de dulce, mi vida!. ¡Aggg…aggg…aggg!. ...
    ... ¡Aayyy…aayyy…aayyyy! Seguimos así minutos y minutos… El tiempo se detuvo en un presente estático de gozo y placer inmensos… De besos rendidos, de caricias dulces, entregadas… Sole se vino casi que incontables veces… En series de tres o cuatro orgasmos que estallaban en su femenina intimidad uno tras otro, consecutivamente, en una especie de “totum revolutum”… En, digamos, un solo orgasmo casi interminable, para luego descansar un poco, reponer fuerzas y volver a disfrutar de una cueva serie de placeres inacabables… pero también a mí me llegó el final cuando ya fui incapaz de seguir aguantando un orgasmo que llevaba ya minutos y minutos pugnando por, brioso, anonadante, salir libre, liberado, de mis entrañas, pero ella, entonces, frenética, me pidió que siguiera… Que no me saliera de ella… Que siguiera “dándole caña” • Pero cariño; vida mía… ¡Si no puedo!. ¡Me has dejado seco!. espera cariño; espera… Un poquitín… Unos minutos nada más… Ya verás; enseguida estaré otra vez “listo para todo servicio” • No; no cariño… No habrá segunda vez… Es ahora… ¡Ahora o nunca!… Déjate llevar… Déjame hacer a mí… Entrégate a mí y ya verás… Serás capaz de seguir haciéndomelo… Y más de una vez… Volverás a correrte, ya verás… Y yo me dejé; me entregué a ella, tal y como Sole me pedía… Y… ¡Dios la que se armó!. No me lo podía creer… Ya digo que yo no era ningún “fuerzas”; menos, ningún “Hércules”… Pero ella, aquella noche, me hizo el mismísimo héroe griego de los “Siete Trabajos”, pues a él, me ...