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El Demonio de mi Hijo
Fecha: 12/12/2019, Categorías: Sexo con Maduras Tabú Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
Nací en el seno de una familia humilde de clase trabajadora y aunque fui hija única ya desde muy pequeña tuve que esforzarme para conseguir lo que quería. Como no me gustaba estudiar a los 17 años me puse a trabajar para ayudar a la economía familiar (mi padre trabajaba en el Metro de Madrid y su sueldo no daba para muchas alegrías).Mi primer y único trabajo fue de cajera en un Centro comercial. El sueldo que ganaba se lo entregaba todo a mi madre que era quien me lo administraba, dándome una cantidad para mis gastos diarios y un “extra”, que me permitía ir dos veces al mes a las discotecas. Mis amigas iban a las de barrio pero yo no, allí sólo podía encontrarme con chicos de mi misma condición social y yo aspiraba más alto.Todo el mundo decía de mí que era muy guapa y si no que se lo digan a mis padres que al nacer me pusieron el nombre de Estrella. No he sido nunca una creída y he ido calentando a los hombres, les sonreía por educación y ya está, siempre he sabido cuales eran mis prioridades en la vida. Dado el escaso dinero que manejaba en vez de ir a las típicas discotecas de barrio, me decanté por las que frecuentaban los “niños pijos” de la época, consciente de que podía sacar mejor partido a mi físico.Trabajando de cajera tuve que aguatar todo tipo de proposiciones. Unas eran descaradamente deshonestas. Recuerdo la de un señor mayor, bien vestido y de muy buen ver que me llegó a ofrecer hasta 125.000 de las antiguas pesetas si pasaba un día entero con él (imaginen para ...
... qué) sin importarle que yo tuviera 17 años. Otras, las disfrazaban de “Gran oportunidad” trabajando en una agencia de modelos que vete a saber si era verdad. Mi madre ya me previno: “Hija cuídate de los que intenten deslumbrarte con fama y dinero, en el fondo lo único que persiguen esa gentuza es deshonrar a jovencitas guapas como tú que luego acaban en cualquier club convertidas en putitas” ¡Qué sabia era mi pobre madre! Mi padre también me dio un gran consejo: “Estrellita, la verdadera oportunidad debes fabricártela tú misma”.Y eso hice. Un día, gracias a un tropiezo me encontré cara a cara con Mariano, el cual se enamoró de mí nada más verme. No hizo falta que me lo dijera, sus ojos hablaban por él. Ese mismo día después de estar toda la tarde bailando me pidió salir con él. Acepté porque “ése sexto sentido que tenemos las mujeres” me decía que era un chico muy majo. No me falló mi intuición. Ya al salir de la discoteca me llevé mi primera sorpresa pues tenía coche propio. Me explicó que era un regalo de sus padres por sus buenas notas universitarias.Galantemente se ofreció a llevarme a mi casa, pero le dije que no hacía falta que me llevara por dos motivos. Uno era para hacerme valer y el otro porque me daba un poco de vergüenza decirle donde vivía. Mariano me agarró de las manos y mirándome intensamente a la cara me dijo que no le importaba donde vivía, ya fuera en una chabola o en una cueva; me lo dijo con tanta sinceridad que me atrapó. Mientras conducía hacia mi casa ...