1. El Demonio de mi Hijo


    Fecha: 12/12/2019, Categorías: Sexo con Maduras Tabú Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... Mariano me contó que tenía 21 años y estudiaba para ingeniero industrial. Mi segunda sorpresa vino al contarme dónde vivía. Recuerdo que cerré los ojos dando gracias al cielo ya que a mi lado tenía a mi “príncipe azul” y me dije: “por fin se cumpliría tu sueño Estrella”.Ajustándome a la realidad debo decir que Mariano distaba mucho de ser un auténtico príncipe azul. No era guapo pero tampoco feo, sí resultón y simpático. Les cayó muy bien a mis padres porque Mariano tenía “chispa” “don de gentes” por eso no le costaba nada hacerse notar. No era alto, un metro setenta de estatura con el pelo castaño y ondulado. Aun así tenía todo lo que yo deseaba para mí.Además, era un joven chapado a la antigua “cómo le brillaron los ojos cuando le confesé avergonzada que era virgen”, su comportamiento fue siempre muy correcto, nunca intentó propasarse conmigo. Ambos queríamos lo mismo: una relación seria y formal. Dicho así puedo parecer una “carroza” pero os aseguro que por aquel entonces el sexo era poco menos que tabú y eso que era la “época del destape”.En cuanto terminó la carrera Mariano cumplió lo que me juró una tarde en el parque y nos casamos tras cinco años de noviazgo. La noche de bodas fue maravillosa pues experimenté mi primer orgasmo. Mi información en el terreno sexual era nula, tan escasa, que pensaba que la mujer tenía que sentir al hombre cuando se corría dentro de ella, pero yo no sentí a mi recién estrenado marido regándome las entrañas y eso que esa noche me poseyó ...
    ... tres veces. Fue una pequeña decepción para mí pero no le di importancia. Lo verdaderamente extraordinario es que tuve un orgasmo cada vez que mi marido me hizo el amor.Los dos primeros años de casados vivimos en un piso de alquiler. Ya antes de casarnos Mariano me dejó muy claro que no quería que yo trabajara, así que mi única dedicación era la propia de cualquier ama de casa de entonces: lavar, planchar, tener limpia la casa, hacerle la comida a mi marido y procurarle mucho placer en la cama.Mi recién estrenado marido insistía en que algún día me daría la vida de una reina. Estaba que babeaba conmigo y en el fondo era comprensible, por aquel entonces yo era una jovencita de 23 años muy guapa y con un cuerpo muy deseable. A Mariano sólo le bastaba ver con qué ojos me miraban los demás hombres para ponerse celoso. Cada vez que salíamos de casa a cenar y después a bailar o simplemente yendo al cine, Mariano se sentía muy orgulloso al observar que muchos hombres le miraban con cara de envidia; siempre que ocurría eso, después en casa, me hacía el amor de forma muy posesiva, agarrándome con fuerza como si se me fuera a escapar, cosa que a mí me volvía loca.Tres años después de casarme, Mariano se colocó en una empresa pública que construía aviones y material de aeronáutica donde le pagaban mensualmente un millón de las antiguas pesetas y de repente me convertí en la esposa de un millonario. Por fin pudo comprar la casa de nuestros sueños en la que vivimos hoy. Un fabulosos chalet de ...
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